“La reducción del número de los ocupantes estadounidenses presentes en Irak, no tiene una posición notable en nuestros cálculos reales. Lo que nos importa en esos cálculos es ver la salida del último soldado ocupante de nuestro territorio”, aseveró el martes el presidente del consejo político del movimiento iraquí Hezbolá Al-Nuyaba, Sheij Ali al-Asadi, por medio de un mensaje de Twitter.
El mismo martes, el Departamento de Defensa de EE.UU. (el Pentágono) anunció una significativa reducción de tropas estadounidenses en Afganistán e Irak, a 2500 militares en cada país.
En concreto, en el caso de Irak, Washington tiene previsto replegar 500 de sus 3000 soldados, cuya salida constituye una demanda a nivel nacional en Irak, especialmente después del asesinato a manos de EE.UU. del comandante de la Fuerza Quds del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán, el teniente general Qasem Soleimani, junto al subcomandante de las Unidades de Movilización Popular (Al-Hashad Al-Shabi, en árabe) de Irak, Abu Mahdi al-Muhandis, y otros militares.
Al respecto, el funcionario de Hezbolá Al-Nuyaba ha advertido que Washington “tiene las manos manchadas de la sangre de los mártires” iraquíes.
Asimismo, ha exigido al país norteamericano que acelere el proceso de la retirada de sus militares del territorio de Irak.
La involucración de EE.UU. en distintos actos desestabilizadores, incluidos el apoyo a los terroristas y los ataques a las posiciones de las fuerzas populares iraquíes que luchan contra el terrorismo, han generado un descontento general en el país árabe.
Varios funcionarios iraquíes han enfatizado en la necesidad de que el Gobierno de Bagdad actúe en coordinación con la Casa Blanca para establecer un calendario para la retirada de los militares estadounidenses.
Entretanto, la Resistencia iraquí insta a EE.UU. a que saque a las fuerzas estadounidenses del país árabe, a menos que quiera que sean expulsadas por la fuerza.
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