(23/06/21 - Estados Unidos)-.Gracias a un contrato aprobado por el Departamento de Estado estadounidense, los asesinos del periodista disidente saudí Jamal Khashoggi (foto), fueron capacitados en 2017 por la empresa privada de seguridad Tier 1 Group, con sede en el estado Arkansas (sur de EE.UU.) y que pertenece al fondo de inversión Cerberus Capital Management, reveló ayer martes el diario estadounidense The New York Times (NYT).
Cuatro de los agentes saudíes que participaron en el asesinato de Jamal Khashoggi recibieron entrenamiento paramilitar en Estados Unidos un año antes del asesinato.
El informe señala que la licencia del entrenamiento, la otorgó el Departamento de Estado estadounidense durante la administración del expresidente Barack Obama (2009-2017), pero la capacitación “continuó durante al menos el primer año del mandato de Donald Trump”.
La información la confirmó en 2020 Louis Bremer, alto ejecutivo de Cerberus durante la audiencia en el Congreso que debía aprobar su nombramiento para ocupar un alto puesto en el Departamento de Defensa estadounidense (el Pentágono).
Durante su alocución, Bremer trató de afianzar la idea de que la capacitación de los agentes saudíes no estaba ligada al asesinato de Khashoggi, afirmando que el entrenamiento “no tuvo relación con las posteriores atrocidades”.
Khashoggi, un periodista detractor de las políticas de Riad, fue asfixiado y luego descuartizado el 2 de octubre de 2018 en el consulado saudí en la ciudad turca de Estambul.
En noviembre de 2018, un informe del diario estadounidense The Washington Post reveló que las investigaciones llevadas a cabo por la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) de EE.UU. sobre el asesinato de Khashoggi arrojaban que la orden de asesinar al columnista había sido dada por Bin Salman.
A días de cumplirse un año del asesinato del periodista, el príncipe heredero saudí dijo ser responsable porque ocurrió “bajo mi supervisión”, aunque descartó tener conocimiento del plan para asesinar al comunicador.
Pese a la condena internacional y los llamados a sanciones que caían sobre la monarquía saudí por el asesinato de Khashoggi, la administración de Trump (2017-2021) consideró que Riad era un “socio firme” que acordó invertir “una cantidad récord de dinero” en su país y que, cualquier medida en su contra, sería aprovechada por Rusia o China, justificando así su decisión de no castigar a Riad.
Por su parte, el actual inquilino de la Casa Blanca, Joe Biden, aunque prometió castigar a los dirigentes saudíes de alto rango de una manera en que Trump no lo haría, se ha negado a aplicar sanciones contra el reino.
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