Este lunes, en su discurso en la sesión inaugural del Foro Económico Mundial de Davos (Suiza), el sheij Tamim bin Hamad Al Thani se ha referido al caso de la veterana periodista palestina Shireen Abu Akleh que fue asesinada por las fuerzas israelíes a principios de este mes en Cisjordania ocupada. “Su muerte fue tan horrible [...] fue asesinada y privada de un funeral que preserve la dignidad de los muertos”, ha lamentado.
“No debemos tolerar tanta agresión [israelí], y no debemos aceptar un mundo en el que los gobiernos tengan un doble rasero con respecto al valor de un ser humano en función de su religión, región o raza”, ha enfatizado el emir catarí.
“Palestina es una herida abierta”
En momentos en que todos los ojos están dirigidos hacia el conflicto de Ucrania, el jefe de Estado catarí ha instado a la comunidad internacional a prestar atención a la resolución de los conflictos olvidados e ignorados en el mundo y, como ejemplo, ha indicado que el “más evidente está en Palestina, que ha sido una herida abierta desde el establecimiento de las Naciones Unidas”.
“Las familias [palestinas] han estado ocupadas durante décadas sin ningún alivio a la vista. La escalada en la agresión de los asentamientos ilegales ha sido implacable y lo mismo ocurre con los continuos ataques contra el pueblo palestino”, ha criticado para luego agregar: “Sigo rezando para que el mundo despierte ante la injusticia y la violencia y finalmente actúe”.
La delegación israelí sale del foro de Davos
Sin embargo, estos comentarios no cayeron bien a la delegación israelí, la cual salió del foro en Davos cuando el emir catarí habló sobre el asesinato “horrible” de la periodista palestina por las fuerzas israelíes.
Pese a que había vestido un chaleco de prensa claramente marcado, las fuerzas israelíes mataron a la periodista palestina de la cadena catarí Al Jazeera el 11 de mayo, disparándole en la cabeza mientras cubría una incursión militar israelí en el campo de refugiados de Yenín, en la ocupada Cisjordania.
Por su parte, Al Jazeera acusó a las fuerzas israelíes de asesinar deliberadamente a su reportera, “a sangre fría”, subrayando que el asesinato fue un “crimen atroz, que solo buscaba evitar que los medios cumplan con su deber”.
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