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''Buscamos visibilizar los casos de femicidio que pueden no ser identificados por los sistemas de justicia por falta de perspectiva de género''

(04/06/21 - Géneros)-.La titular de la Unidad Fiscal Especializada en Violencia contra las Mujeres se refiere al aporte al conocimiento del fenómeno criminal del informe quinquenal sobre homicidios dolosos de personas con identidad femenina en la Ciudad de Buenos Aires. Las dificultades del relevamiento, las cifras notables y la caracterización de víctimas y personas victimarias.

“Tener la información del total de homicidios tiene varias ventajas metodológicas: la primera y más importante es que permite identificar casos que no fueron calificados a priori por los tribunales como femicidio, pero que en función de un análisis con perspectiva de género pueden serlo”, señala a Fiscales.gob.ar la fiscal federal a cargo de la Unidad Fiscal Especializada en Violencia contra las Mujeres, Mariela Labozzetta (foto). 

La funcionaria analiza el Informe quinquenal (2015/2019) de Homicidios dolosos de mujeres, femicidios, transfemicidios y travesticidios en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

¿Qué particularidades aporta el análisis quinquenal de los datos sobre el fenómeno criminal de los femicidios?

A diferencia de los informes anuales que viene elaborando UFEM desde 2015, en esta ocasión se tomó la información condensada de un período de cinco años, lo que permite hacer una lectura más profunda a partir de una mayor trazabilidad de los datos.

La información oficial sobre femicidios en nuestro país es relativamente nueva y por eso recién ahora podemos empezar a sacar conclusiones con un poco más de recorrido para evaluar cómo se despliega el fenómeno femicida, especialmente en el caso del registro del MPFN, que se refiere solamente a los hechos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, es decir, un universo más acotado que el total país, que en general tiene menos casos y con dinámicas propias.

Es importante en este punto explicar cómo se realiza este trabajo desde el Ministerio Público Fiscal y por qué es determinante tener información criminal sobre el fenómeno femicida. Sólo a partir de la información certera sobre cuántos casos hay, cómo se cometen, dónde, con qué frecuencia, bajo qué condiciones y modalidades, es posible trazar estrategias para abordarlos. Esto, desde la función que les compete a los ministerios públicos, significa intervenir sobre la impunidad de los asesinatos y sobre la invisibilización de las violencias por motivos de género, como insumo ineludible para poder incidir también sobre la prevención.

"La información oficial sobre femicidios en nuestro país es relativamente nueva y por eso recién ahora podemos empezar a sacar conclusiones con un poco más de recorrido para evaluar cómo se despliega el fenómeno femicida".

¿Qué tipo de información se releva y cómo se la procesa?

Los informes anuales de femicidios que elabora UFEM se comenzaron a realizar en 2015, año de su creación, coincidente con la primera movilización social conocida como “Ni una Menos”, de la cual se están cumpliendo seis años este 3 de junio.

La primera de las decisiones adoptadas por el equipo de Análisis Criminal de UFEM para llevar adelante esta línea de trabajo es que se recolecta información sobre el total de homicidios dolosos de personas con identidad femenina, y de este universo luego se desagrega el subuniverso de femicidios. 

Aquí cabe la aclaración –aunque sea un poco obvia– de que no todas las muertes violentas de mujeres son femicidios. Para que un caso sea considerado como tal debe tratarse del homicidio de una persona de identidad femenina cometido por motivos de género.

Sin embargo, tener la información del total de homicidios tiene varias ventajas metodológicas: la primera y más importante es que permite identificar casos que no fueron calificados a priori por los tribunales como femicidio, pero que en función de un análisis con perspectiva de género pueden serlo. Esto reduce el margen de error en el relevamiento, especialmente porque uno de los objetivos principales de los registros es ser una herramienta de visibilización de los casos de femicidio que pueden no ser identificados por los sistemas de justicia por falta de perspectiva de género. Otra de las ventajas es que permite comparar las características de los femicidios con las de asesinatos que tienen otros móviles y, de ese modo, iluminar mejor los aspectos característicos de los crímenes de género.

¿Qué dificultades se presentan en este análisis?

Determinar la presencia de estos componentes (que transforman un homicidio simple en un femicidio, agravado con una pena perpetua) no siempre es una tarea sencilla. Hay casos más claros que otros, pero aun en los que parezcan evidentes, siempre es necesario realizar un análisis exhaustivo que permita concluirlo con certeza. Y esa tarea debe ser llevada adelante con mucha rigurosidad, porque el objetivo que tienen los registros públicos es tanto visibilizar aquellos femicidios que no son así categorizados, como impedir que se sobredimensione el fenómeno.

¿Cuáles son las herramientas técnicas y metodológicas para el análisis de los casos?

Para concluir que un caso encuadra en la categoría de femicidio, el equipo técnico de UFEM elaboró un Instrumento de medición con una serie de variables que se analizan caso a caso y que permiten determinar si cada uno de los hechos es o no un femicidio. Una de ellas puede ser el vínculo previo o la relación íntima entre víctima y victimario o los antecedentes de violencia en una pareja, pero este factor –que es el más frecuente– no es el único.

Los llamados “femicidios íntimos” son sólo uno de los contextos femicidas. En el Protocolo de Investigación de UFEM se han identificado otros contextos femicidas: los femicidios cometidos con móviles sexuales, los travesticidios, los femicidios que ocurren en el marco del crimen organizado y “otros contextos femicidas”, entre los cuales pueden incluirse las muertes violentas de mujeres ocurridas en contexto de encierro, las cometidas por medio de violencia institucional, etcétera.

Estos son sólo algunos de los indicios que nos ayudan a concluir que la primera noticia del asesinato de una mujer cis, mujer trans/travesti no es suficiente para categorizar el hecho como un crimen cometido por motivos de género, sino que su inclusión conlleva un trabajo de alta rigurosidad técnica. En el caso de los informes de UFEM, esta tarea se desarrolla mediante la lectura completa de cada uno de los expedientes judiciales y las pruebas concretas. Al igual que lo hacen todos los registros oficiales, los informes se publican a año vencido. Esto permite tener un trayecto más amplio de investigación judicial para categorizar el hecho.

"El objetivo que tienen los registros públicos es tanto visibilizar aquellos femicidios que no son así categorizados, como impedir que se sobredimensione el fenómeno".

El informe quinquenal es extenso. ¿Cuáles son las variables que a su criterio resumen el fenómeno de los homicidios dolosos de personas con identidad femenina en la Ciudad Autónoma?

En el período 2015/2019 se cometieron en la Ciudad 114 asesinatos que encuadran en ese universo, de los cuales 67 fueron femicidios, es decir el 59%. Si bien la Ciudad de Buenos Aires tiene una tasa inferior de homicidios que el promedio nacional –en comparación con el total de crímenes del país– que no permite sacar conclusiones categóricas, vemos una variabilidad durante los años analizados y que ha disminuido en los últimos dos: se cometieron 21 femicidios en 2015, 13 en 2016, 15 en 2017, 9 en 2018 y 9 en 2019.

De ese total de 67 víctimas, 4 fueron mujeres trans, una población que está expuesta a riesgos incrementados y cuyos asesinatos y violencias motivadas en su identidad de género exige un seguimiento más riguroso. En general estos hechos registran mayor índice de impunidad y de invisibilización; tan es así que prácticamente no hay sentencias condenatorias en nuestro país que incluyan agravantes por el odio de género, pese a ser un fenómeno extendido y sostenido (en Argentina y en el mundo). De eso se deriva un deber incrementado de los sistemas de justicia para mejorar la capacidad de respuesta en la investigación y sanción de esos crímenes.

Otro dato que sobresale del informe y podemos destacar –que también se vincula con lo que llamamos factores de interseccionalidad, es decir, características que incrementan los riesgos a los que están expuestas las mujeres y personas LGTBIQ+– es el alto porcentaje de víctimas extranjeras. Del total de 67 víctimas, el 42% eran extranjeras, mayormente de países de la región. También se cuentan 7 víctimas que ejercían la prostitución, que constituye casi el 10% del total de casos.

¿Durante el análisis llamó la atención algún otro aspecto relacionado con la caracterización de las víctimas?

Un dato determinante que no fue incluido en este informe pero que surge de los datos ya colectados de casos de 2020, que se encuentra en proceso de elaboración, y de lo que va del 2021 es el alto número de femicidios cometidos contra mujeres en situación de calle, en comparación con el total del período 2015/2019. Mientras que en ese período 6 mujeres cis fueron asesinadas en esas condiciones, solo en 2020 y lo que va de 2021 hubo 7 casos. De esos casos, 4 ocurrieron en 2020 y 3 en los cinco meses que van de 2021. Esto fue una sorpresa en razón con las previsiones que veníamos teniendo durante el confinamiento por la pandemia de COVID19, ya que las agencias estatales e internacionales alertaban sobre los peligros de incremento de la violencia en los hogares, pero un número alto de los crímenes fueron cometidos contra mujeres en situación de calle. Es decir, la pobreza, la marginalidad, la exclusión han sido factores y condiciones determinantes en un porcentaje alto de casos de crímenes contra mujeres.

Labozzetta destacó el "alto número de femicidios cometidos contra mujeres en situación de calle" durante 2020 y lo que va de 2021 en comparación con el total del período 2015/2019.

¿Cómo aparecen caracterizadas las personas autoras de los homicidios dolosos de personas con identidad femenina?

En cuanto a los autores, por una cuestión de exigencia legislativa en nuestro país (la figura de femicidio exige que el autor sea un varón), el 100% de los 67 casos de femicidio fueron varones, pero en el total de 147 autores de homicidios dolosos de víctimas de identidad femenina el 90% también fueron varones, con lo que hay una preponderancia contundente en el género de quienes ejecutan crímenes. De ese total de 147, 6 pertenecían a fuerzas de seguridad, de los cuales 5 utilizaron armas para cometer los crímenes.

Estos 5 hechos cometidos por parte de integrantes de fuerzas de seguridad integran a la vez un total de 32 víctimas de homicidios dolosos que murieron en hechos cometidos por armas de fuego. Es un dato relevante en términos de incidencia de las armas de fuego en los crímenes, que tiene un correlato muy concreto para las políticas públicas y las acciones de desarme como estrategia de intervención sobre la violencia letal.

Finalmente, también resultan destacables datos que tienen que ver con conclusiones que se reiteran en las estadísticas globales de femicidios, en cuanto a que las mujeres son asesinadas mayoritariamente por personas de su entorno y en espacios privados. Para hacer hincapié sólo en los femicidios, en el 93% de los casos los agresores y las víctimas tenían un vínculo previo (55% eran sus parejas, 17% eran familiares y 19% eran conocidos o vecinos).

Además, en el 54% de los casos había convivencia entre autor y víctima. Estos factores se enlazan con los espacios en los que los femicidios fueron cometidos: en el 78% de los casos ocurrieron en espacios privados. Y, también, con los antecedentes de violencia: en más de la mitad de los casos de femicidio se detectaron antecedentes de violencia (36 casos del total de 69 vínculos detectados entre víctima y victimario; es decir, el 52%), aunque solo un menor número de estos fueron denunciados: solo 9, de los cuales 3 tenían medidas de restricción dispuestas y vigentes al momento de los hechos.

Fiscales

Foto: Claudia Conteris

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