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Descubrieron un barrio comercial de hace mil cuatrocientos años en la antigua ciudad de Éfeso

(Arqueología - 06/11/22)-.Un equipo de arqueólogos de la Academia de Ciencias de Austria ha realizado un extraordinario descubrimiento en el yacimiento de Éfeso, en la costa egea de Turquía. Sus trabajos han sacado a la luz un área dedicada al comercio y a los negocios que al parecer fue destruida entre los años 614 y 615 d.C. y que estaba enterrada bajo una gruesa capa de cenizas, lo que contribuyó a su excelente conservación.

Éfeso, situada en la costa de Asia Menor, fue una de las ciudades más grandes e impresionantes del mundo antiguo y una de las doce ciudades jónicas a orillas del mar Egeo que compusieron la llamada Dodecápolis o Liga Jónica, en la actual Turquía. Su importancia cultural e histórica fue tal que en en el año 2015, las ruinas de Éfeso, que en la actualidad se encuentran a 80 kilómetros de la famosa ciudad costera de İzmir, fueron declaradas Patrimonio Mundial por la Unesco.

En esta importante ciudad, sus habitantes y los visitantes llegados de todas partes del Mediterráneo podían disfrutar de lugares tan impresionantes como por ejemplo la gran Biblioteca de Celso y un colosal teatro con una capacidad para más de 24.000 espectadores. La ciudad también era famosa por ser la sede del Templo de Artemisa, considerado una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo. Durante el siglo I a.C., Éfeso conoció la prosperidad bajo el dominio romano, convirtiéndose en sede de gobierno y en un importante núcleo comercial. De ella llegó a decir el filósofo e historiador griego Estrabón que ocupaba el segundo lugar en importancia y tamaño después de Roma.

Un hallazgo de suma importancia

En 2022, un equipo de arqueólogos de la de la Academia Austríaca de las Ciencias (ÖeAW) ha llevado a cabo en Éfeso una campaña de excavaciones que ha proporcionado un sensacional hallazgo de época bizantina temprana: un distrito comercial y gastronómico excelentemente conservado y que al parecer podría haber sido destruido entre los años 614 y 615 d.C. En palabras de la directora de la excavación, Sabine Ladstätter, este descubrimiento es el más importante que se haya realizado en la antigua ciudad de Éfeso desde el de sus ya famosas casas-terraza, unas viviendas pertenecientes a la élite de la ciudad, bellamente decoradas, y que se han datado entre los siglos I a.C.-VII d.C.

En palabras de la directora de la excavación, Sabine Ladstätter, este hallazgo es el más importante que se haya realizado en la antigua ciudad de Éfeso.

El barrio recién descubierto está situado en la conocida como plaza de Domiciano, muy cerca del centro político, el Ágora Superior. Las excavaciones realizadas durante este año forman parte de un gran proyecto de investigación cuyo objetivo es investigar los cambios que sufrió la ciudad entre la época romana imperial y la Antigüedad tardía (a partir del siglo III d.C.). "Era de esperarse que el gran complejo de plazas romanas original fuera construido sobre tiendas y talleres en la Antigüedad tardía. Sin embargo, lo que fue completamente inesperado fue el estado de conservación, así como el momento exacto de la destrucción y las implicaciones para la historia urbana que se pueden derivar de ello", afirma Sabine Ladstätter.

Devorado por las llamas

Hasta la fecha, en este barrio se ha descubierto un edificio que consta de diversos locales comerciales que ocupan un área de alrededor de 170 metros cuadrados y que fueron construidos sobre un gran complejo cuadrado de época romana, donde los arqueólogos han centrado sus trabajos. Al parecer, las evidencias indican que aquella zona fue repentinamente destruida a principios del siglo VII, tal como lo indican las monedas encontradas (cuatro sólidos de oro y 700 monedas de cobre). Los investigadores también han exhumado varias habitaciones, cuyos muros se conservaban a 3,4 metros de altura, que estaban selladas por una gran capa de cenizas. Gracias a su magnifico estado de conservación, los arqueólogos han podido descubrir en ellas innumerables piezas de cerámica, cuencos con restos de mariscos (berberechos y ostras), así como ánforas llenas de caballa en salazón. También se localizaron huesos de melocotones, almendras, aceitunas, así como guisantes y legumbres carbonizados.

Las evidencias indican que aquella zona fue repentinamente destruida entre los años 614 y 615 d.C., tal como lo indican las monedas localizadas en la zona.

Los arqueólogos han excavado en el área una cocina, un almacén, una taberna y una tienda de lámparas y recuerdos donde se encontraron 600 botellitas de que se vendían a los peregrinos cristianos y que se podían llevar colgadas al cuello a modo de amuleto. "Los hallazgos arqueológicos nos muestran una destrucción por un incendio masivo que debió de haber sido repentina, dramática y trascendental. No es posible determinar el día exacto de la destrucción, pero el estudio de las semillas encontradas al menos aclarará cuándo pudo tener lugar", explica Sabine Ladstätter.

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