La mención no es inocente, el CEO de X, antes Twitter, se metió de lleno en la política interna de Brasil al pedir un juicio político contra Alexandre de Moraes, el juez que lidera las investigaciones por el golpe de Estado planeado por Jair Bolsonaro luego de perder la elección de 2022.
El dueño de Twitter argumenta que una batería de medidas tomadas por De Moraes para poner un límite a la difusión de noticias falsas constituye una acción dictatorial que limita la libertad de expresión.
En lo que a todas luces parece ser una acción coordinada entre ambos referentes ultraderechistas, Bolsonaro celebró los dichos de Musk, presentándose como una víctima.
En 2019, Musk apoyó el golpe de Estado en Bolivia, al mismo tiempo que declaró intereses idénticos a los públicos apetitos del Comando Sur del Ejército estadounidense.
El magistrado de Moraes judicializó a Musk por obstrucción de la justicia e incitación al crimen y en las últimas horas el multimillonario confirmó culpabilidad al liberar las cuentas de dos conocidos extremistas, uno de los cuales publicó que el juez sería sacrificado.
La ultraderecha brasileña parece haber encontrado un nuevo líder golpista con aspiraciones globales y extraplanetarias.
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