Los chalecos amarillos franceses preparan la continuidad del movimiento. En París, varios de los principales líderes debatieron con los ciudadanos en una reunión pública. El objetivo es definir la respuesta de los chalecos amarillos a los oídos sordos del Gobierno de Emmanuel Macron a sus reivindicaciones.
Cuando acaba el gran debate nacional organizado por el Gobierno galo, que los chalecos amarillos definen como una vasta operación de comunicación, la respuesta ciudadana se quiere común con todos aquellos que luchan por un cambio profundo en la sociedad. Al poder adquisitivo y la mejora de las condiciones de vida de los hogares, se une la lucha contra la debacle climática y por una ecología ciudadana.
Pero estos hombres y mujeres también quieren denunciar la degradación social. Quieren denunciar la violencia contra los chalecos amarillos que se manifiestan desde hace 4 meses. Quieren denunciar la violencia en los barrios donde aún mueren jóvenes a manos de la policía. Quieren denunciar la violencia judicial que deja impune la represión.
Con estas reuniones públicas los chalecos amarillos muestran una vez más que no son un movimiento al margen de la sociedad. Los chalecos amarillos buscan alianzas estratégicas para que sus reivindicaciones, que son las de los ciudadanos, sean escuchadas.
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