Según ha confirmado este viernes la organización pro derechos humanos Amnistía Internacional (AI), Abdolá al-Hamed (foto), un activista saudí de 69 años, ha muerto tras un ictus cardiovascular que padeció a principios de abril en una celda del régimen saudí.
De acuerdo con AI, hace tres meses, el activista había sido informado de que necesitaba ser operado con urgencia por problemas de hipertensión. No obstante, fue amenazado por las autoridades saudíes de que si reportaba su frágil condición a su familia, le obstaculizarían toda comunicación con el mundo exterior.
El 9 de abril, bajo fuertes medidas de seguridad, Al-Hamed fue trasladado a la unidad de cuidados intensivos del hospital de Al-Shumaisi de Riad (la capital saudí), donde entró en coma y murió más tarde debido a su deteriorado estado de salud, ha detallado AI.
Al-Hamed era uno de los principales fundadores de la Asociación de Derechos Civiles y Políticos de Arabia Saudí (ACPRA, por sus siglas en inglés), establecida en 2009 y disuelta en 2013.
El mencionado activista fue condenado en marzo de 2013 a 11 años de cárcel por “deslealtad” al entonces rey saudí Abdolá Bin Abdolaziz Al-Saud e “incitación al desorden” contra la monarquía. Otros miembros del ACPRA, entre ellos, Muhamad al-Qahtani, también fueron condenados a 10 años.
“Era un valiente campeón de los derechos humanos en Arabia Saudí, nuestras sentidas condolencias para su familia y amigos, que (...) fueron privados de su presencia en estos últimos ocho años a causa de la represión inhumana del Estado”, ha lamentado Lynn Maalouf, directora de investigaciones de AI para Asia Occidental.
Desde que Muhamad Bin Salman se convirtió en el príncipe heredero saudí en 2017, ha desatado “una intensa campaña de represión” contra los activistas, intelectuales y defensores de los derechos humanos en el reino, varios de las cuales han muerto en las cárceles saudíes.
Diferentes organizaciones y oenegés, como la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la organización pro derechos humanos Human Rights Watch (HRW), han denunciado en varias ocasiones el aumento de la represión, el arresto y la encarcelación de los activistas por el régimen de Riad, que somete a los detenidos a brutales torturas, agresiones sexuales incluidas.
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