Según un comunicado emitido el martes por el Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Pekín llamó a consultas a la embajadora del Reino Unido en el país asiático, Caroline Wilson, con el fin de protestar por la publicación de un artículo en la cuenta oficial de la Embajada británica en la red social WeChat, la aplicación móvil de mensajería más popular de China.
La cancillería china condenó el uso de la plataforma oficial para defender a medios extranjeros que fueron sancionados por China por la divulgación de “noticias falsas”.
Además, aseguró que el Gobierno y el pueblo chinos nunca se han opuesto a la prensa extranjera, sino a esos “delitos que inventan noticias falsas y atacan brutalmente a China, al Partido Comunista de China (PCCh) y a su sistema bajo la bandera de la libertad de prensa y expresión”.
Al respecto, el jefe del Departamento de Asuntos Europeos, Wang Lutong, reiteró que China tiene opiniones “severas” sobre el artículo, al cual calificó como “inapropiado” y “lleno de arrogancia y prejuicios ideológicos”. Asimismo, consideró que la publicación “es gravemente incompatible con el estatus de los diplomáticos”.
La embajadora británica declaró, en el artículo, que los que critican a las autoridades chinas “actúan de buena fe” y desempeñan “un papel activo en la fiscalización de las acciones de las agencias gubernamentales”.
Además, defendió la actuación de los medios de comunicación británicos, incluida la BBC, que recientemente ha sido duramente criticada por funcionarios chinos por sus informes erróneos sobre Pekín.
Los medios de comunicación se han convertido en un área de tensión en los lazos chino-británicos. En esta línea, a finales de enero, la red china CGTN fue revocada en el Reino Unido, y el Gobierno chino tomó represalias diciendo que BBC debería disculparse por explotación política del brote global de coronavirus, causante de la COVID-19, y difundir noticias “falsas”.
Es más, Pekín y Londres se enfrentan también por la intervención de Londres en asuntos interinos de China, según Pekín en referencia al rechazo británico de la nueva ley de seguridad de Hong Kong.
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