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Identifican rastros de los pastores de la edad del bronce en mongolia

(24/07/21 - Arqueología)-.Un equipo internacional de arqueólogos investiga en las estepas mongolas cómo fue la vida de los pastores nómadas de la Edad del Bronce, centrándose sobre todo en los contextos domésticos, hasta ahora poco estudiados por los investigadores.

Mongolia es un país de Asia Central con 1,56 millones de kilómetros cuadrados, una población de 3,2 millones de habitantes y unos 70 millones de cabezas de ganado (principalmente caballos, ovejas, cabras, camellos, yaks y vacas), en el que la mitad de su población depende directa o indirectamente de la economía de pastoreo para su subsistencia. 

Los desplazamientos estacionales siguen siendo hoy en día la estrategia básica de supervivencia los pastores mongoles. Este estilo de vida, a excepción del período de colectivización soviética (entre 1924 y 1990), no ha variado desde hace al menos cinco milenios.

Los desplazamientos estacionales siguen siendo hoy en día la estrategia básica de subsistencia los pastores mongoles. Este estilo de vida no ha variado desde hace al menos cinco milenios.

La Edad de Bronce en Mongolia (3000-700 a.C.) fue un período de gran interacción social y de importantes transformaciones. Por ejemplo, es entonces cuando se produce la domesticación del caballo y tiene lugar la transición a la ganadería a través del desarrollo del pastoreo montado. 

A finales de la Edad de Bronce (hacia 1200-700 a.C.) aparecen unos complejos funerarios ceremoniales conocidos como Deer Stone Khirigsuur (DSK por sus siglas en inglés), que contienen unos túmulos llamados Horse Head Mounds (montículos de cabeza de caballo), donde los arqueólogos han recuperado cabezas y pezuñas de algunos équidos allí enterrados (aún hoy en día las familias de pastores seminómadas colocan el cráneo del que fue su caballo favorito en la superficie de estos complejos funerarios).

Un proyecto internacional

Con el objetivo de investigar este interesante período de la historia de este país asiático surge el Proyecto Arqueología del Pastoralismo Nómada en Mongolia, una colaboración entre el Museo Nacional de Mongolia, la Universidad de La Laguna (Tenerife) y el Institut Català d’Arqueologia Clàssica de Tarragona (ICAC). El proyecto, financiado por la Fundación Palarq, cuenta además con la participación de investigadores de la Institución Milà i Fontanals de Investigación en Humanidades del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (IMF-CSIC) en Barcelona, la Universidad Western Kentucky (EE. UU.) y la Universidad de Oulu (Finlandia).

En la campaña de 2018, el equipo del proyecto documentó un yacimiento con abundantes vestigios de la cultura DSK en el espacio ocupado por un campamento nómada actual. El sondeo preliminar aportó una secuencia continua de ocupación que abarca los últimos cuatro milenios.

Natalia Égüez, investigadora de la Universidad de La Laguna, dirige el proyecto. La científica lleva trabajando ininterrumpidamente en Mongolia desde el año 2015, primero en colaboración con la Universidad de Kiel, en Alemania (dónde hizo su tesis doctoral sobre Arqueología del Pastoralismo), y después como responsable de Geoarqueología en el proyecto Western Mongolia Archaeological Project (WMAP), una iniciativa impulsada por el Museo Nacional de Mongolia y la Universidad Western Kentucky de Estados Unidos. Entre 2018-2019, Natalia Égüez obtuvo financiación de National Geographic Society para continuar sus trabajos en Mongolia centrándose sobre todo en el estudio de contextos domésticos. 

La cultura DSK

A pesar de la disminución de la movilidad nómada, el desarrollo de la cultura DSK durante la Edad de Bronce en Mongolia sugiere un importante vínculo entre la aparición del pastoreo nómada y los complejos funerarios. Las comunidades nómadas, que a partir de entonces adoptaron el caballo como elemento principal en sus desplazamientos, serían las encargadas de articular el territorio y crear un paisaje cultural basado en la construcción de grandes monumentos funerarios. 

Los cambios socioeconómicos que se generaron a partir de ese momento propiciarían la desigualdad social y la aparición de los primeros imperios nómadas al final de la Edad de Hierro (700-300 a.C.), como el hunnu (300 a.C.-100 d.C.), al que sucedió los imperios túrquico, uigur, khitan y finalmente el Imperio mongol de Genghis Khan, entre los siglos XIII-XIV, que unificó todas las tribus nómadas bajo su mando.

Las comunidades nómadas serían las encargadas de articular el territorio y construir un paisaje cultural basado en la construcción de grandes monumentos funerarios.

Los estudios de los complejos DSK se han centrado principalmente en conocer la fecha y el modo de construcción de estos monumentos para comprender la demografía, la movilidad y las redes regionales de interacción de estas tribus nómadas, pero aún quedan muchas preguntas sin respuesta:.¿Estos complejos fueron construidos de una vez, recurriendo a grandes redes regionales de personas y animales? ¿O se erigieron a lo largo de una sola generación con recursos locales? ¿Qué tamaño tenían las comunidades involucradas en su construcción, y dónde y cómo vivían? 

Son muchas las posibles respuestas, pero la amplia distribución de estos monumentos sugiere un conocimiento compartido entre individuos y comunidades nómadas que indica un nivel de complejidad sociopolítica desconocido hasta entonces en la estepa oriental asiática.

Fundamentalmente, la información arqueológica disponible hoy en día sobre las sociedades pastoriles mongolas del pasado proviene principalmente del estudio de monumentos funerarios, de su cultura material y del arte rupestre. Sin embargo, los contextos antropogénicos (como los depósitos sedimentarios arqueológicos) han recibido muy poca atención y la información recuperada de los lugares de habitación o campamentos estacionales (que es lo que realmente nos informa sobre la forma en que la gente vivía) sigue siendo comparativamente escasa. Tradicionalmente, la aparición de los complejos DSK y el pastoreo nómada en la estepa euroasiática se ha explicado por los cambios climáticos del Holoceno relacionados con eventos de aridización global, pero las fluctuaciones ambientales locales aún no están claras para los investigadores.

Comprender el espacio doméstico

La metodología del Proyecto Arqueología del Pastoralismo Nómada en Mongolia integra análisis como la arqueobotánica, la micromorfología de sedimentos y los isótopos biogénicos de diferentes componentes lipídicos en suelos donde se estabuló ganado, en campamentos nómadas y en fragmentos de cerámica. La combinación de todos estos elementos proporciona una visión más clara de los espacios domésticos y de las actividades que allí se llevaban a cabo, además de establecer un paleoambiente preciso. 

Este enfoque tiene un enorme potencial para la arqueología del pastoralismo, que tradicionalmente se ha topado con la problemática de la falta de campamentos debido a las ocupaciones breves y estacionales. Las investigaciones incidirán tanto en la escala regional como local para comprender mejor el espacio doméstico de estos pastores nómadas y sus estrategias ganaderas. Para lograrlo, el proyecto utilizará una metodología multimarcador con técnicas que prácticamente no se han aplicado en la arqueología de Asia Central hasta la fecha.

Las investigaciones incidirán tanto en la escala regional como local para comprender mejor el espacio doméstico de estos pastores nómadas y sus estrategias ganaderas.

Asimismo, el proyecto plantea para los dos próximos años una perspectiva geoetnoarqueológica y biomolecular para arrojar luz sobre los orígenes y el desarrollo de las primeras sociedades de pastores nómadas, con especial atención a la relación hombre-animal-medio ambiente y a la complejidad monumental que conforman los paisajes culturales de las estepas de Mongolia. Para ello, el proyecto se centra en la investigación de dos contextos ecológicos diferenciados: la estepa boreal de Züünkhangai (Mongolia noroccidental) y la estepa herbácea del valle de Khanui (Mongolia central) para esclarecer las dinámicas y los procesos sociales que se produjeron a escala local, aunque también a escala regional. Los datos disponibles para ambas regiones (gracias a los trabajos previos del WMAP) apuntan a una complejidad monumental excepcional. 

Sin embargo, las exploraciones que se han realizado en la zona no han tenido muchas veces en cuenta la evidencia arqueológica (o las huellas invisibles) que han dejado los espacios domésticos. La prospección y excavación de campamentos domésticos aportará nuevas dataciones y elementos para comprender este período, conocer los cambios que se sucedieron en el mundo cotidiano de la cultura DSK y la evolución de sus espacios monumentales.

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