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Descubrieron los restos del último fugitivo de la erupción del Vesubio

(20/10/21 - Arqueología)-.Investigadores arqueológicoss han señalado que se trata de un hombre de entre 40 y 45 años, en fuga del infierno en la tierra. «Es un descubrimiento sensacional», ha dicho el ministro de Cultura

En las excavaciones de la antigua ciudad romana de Herculano se ha encontrado el esqueleto de un hombre parcialmente mutilado, que murió a un paso del mar, bloqueado por los gases y corrientes piroclásticas de la erupción del Vesubio en el año 79 d.C. «Es un hallazgo del que todavía esperamos grandes noticias y aportaciones», ha dicho Francesco Sirano, director del parque Arqueológico de Herculano, patrimonio de la Humanidad, en declaraciones recogidas por ABC.

También el ministro de Cultura, Dario Franceschini, ha comentado que se trata de un «sensacional descubrimiento». Dicen los arqueólogos que los ciudadanos de Herculano probablemente imaginaron que era posible escapar, teniendo el mar a mano. En cambio, sucumbieron al infierno causado por la tormenta de fuego, lapilli y ceniza que llegaron de repente. Muchos se refugiaron en los almacenes o locales de los pescadores situados frente a la playa. En este escenario ha sido encontrado el último esqueleto, que intentaba la fuga tras abandonar los refugios y quizás ya con un pie en el agua. Según las primeras pruebas antropológicas tenía entre 40 y 45 años. Este fugitivo vio el horror del final de su vida. El esqueleto hallado tenía la cabeza hacia el mar y rodeado de pesadas maderas carbonizadas, incluida una viga.

Los huesos aparecen de color rojo fuerte. «Es la huella que dejó la sangre de la víctima», dice el arqueólogo Sirano, explicando que es consecuencia del muy particular proceso de combustión provocado en Herculano por la corriente de magma, cenizas y gas llegados del Vesubio.

La histórica erupción

Los últimos momentos fueron terribles. «Era la una de la madrugada, cuando el flujo piroclástico del volcán alcanzó a Herculano por primera vez con una temperatura de 300-400 grados, aunque según algunos estudios llegó incluso a 500-700 grados. La nube hirviente que corría hacia el mar lo hacía a una velocidad de 100 kilómetros por hora y era tan densa que no tenía oxígeno», ha explicado a la agencia Ansa Francesco Sirano. En aquellas condiciones no hubo escapatoria para nadie, como lo demuestran los numerosos esqueletos, más de 300, de hombres, mujeres y niños que se encontraron en este mismo escenario en la serie de locales de los pescadores próximos a la playa, durante las excavaciones realizadas en los años 80 y 90 del siglo XX. «Eran esqueletos de gente corriente, pero también algunos muy adinerados como la mujer enjoyada que los arqueólogos desenterraron a unos pasos de uno de estos locales», explica el director Sirano.

Los primeros exámenes in situ han encontrado, junto al esqueleto de este fugitivo, rastros de lo que parecen ser telas y metales. «Podría ser una bolsa con herramientas de trabajo, pero también armas y monedas», anticipa Sirano. Hay mucha curiosidad, también porque respecto a hace 25 años las técnicas y herramientas de investigación han evolucionado mucho: “Hoy tenemos la oportunidad de entender más», explica Francesco Sirono.

Muchos son los interrogantes que suscita este descubrimiento. El director del Parque Arqueológico plantea algunas hipótesis: «Podría tratarse de un socorrista, un compañero del oficial de Plinio que en la década de los 80 del pasado siglo fue encontrado a unos veinte metros de este punto, aún en la playa». Un soldado, por tanto, que quizás estaba intentando preparar una lancha para salvar en el mar a un grupo de personas. «O quizás –añade el arqueólogo Sirano- uno de los fugitivos, que había abandonado el grupo refugiado en los almacenes de los pescadores, para llegar al mar con la esperanza de poder embarcarse en uno de los botes salvavidas, o tal vez fue el último y más desafortunado fugitivo entre un grupo que había logrado hacerse a la mar», explica Sirano.

El rescate infructuoso

Plinio el Viejo, célebre escritor y almirante romano, organizó una misión de rescate para ayudar a las poblaciones y las villas situadas frente al Golfo de Nápoles. La operación de salvamento organizada por Plinio tuvo que suspenderse en el último momento al empeorar la situación de forma repentina. La fama de este militar y erudito está también ligada a su muerte, cuando se encontraba al frente de la flota romana estacionada en el antiguo puerto de Miseno, en el momento de ocurrir la tragedia por la erupción del Vesubio. Una amiga suya, Rectina, le había enviado un mensaje solicitando ayuda, pero Plinio no pudo ya salir del puerto y murió asfixiado por las exhalaciones del volcán.

Las circunstancias de su muerte las narró su sobrino y heredero Plinio el Joven, quien contó también la curiosidad insaciable por leer y tomar notas de su tío, lo que le permitió escribir numerosas obras, que se perdieron salvo algunos fragmentos, siendo su ‘Historia Natural’, una gran enciclopedia en 37 volúmenes, la única que nos llegó de Plinio el Viejo. Las últimas excavaciones de Herculano están vinculadas a la preparación de un camino que permitirá a los visitantes llegar a la imponente Villa de los Papiros. Así era llamada esta casa, que fue propiedad del suegro de Julio César, porque conservaba en su biblioteca más de 1.800 papiros. Ese recorrido hasta la villa se hará sobre lo que fue el paseo marítimo en la antigua ciudad romana de Herculano y que aún se mantiene hoy, el único paseo marítimo completamente conservado de una ciudad romana. Queda aún mucho por sacar a la luz en Herculano, al igual que en Pompeya, donde se han excavado unas 40 hectáreas, pero aún hay otras 20 por descubrir.

Por Alcides Blanco 

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