"Acabar con la dependencia del FMI es un acto de soberanía. Nosotros lo que hacemos es negociar una solución donde ese principio sea innegociable, porque tener al FMI en el país es un problema de construcción de políticas económicas soberanas", sostuvo Guzmán durante su exposición. Y aseguró que "cuidarse significa no volver a quedar expuestos a que un gobierno de turno pueda endeudarse de manera irresponsable”.
En su exposición, el ministro analizó los esquemas de reestructuración de deudas a nivel global y aseguró que existe "una arquitectura financiera internacional escrita por el poder financiero para el poder financiero, que no tiene a los pueblos como protagonistas". Por ese motivo, "cada vez que se da una situación donde el deudor se enfrenta a los acreedores estos tratan de sacar lo máximo posible porque el campo donde resolver este problema lo trazaron ellos para su beneficio".
Agregó que "el FMI es parte de esa arquitectura financiera internacional y ha estado siempre del lado de los acreedores". Y admitió que "las reestructuraciones de deuda tardan demasiado en empezarse y la mayoría de las veces no terminan en alivio suficiente para que países salgan a flote".
Por eso, insistió con que en todo proceso de endeudamiento en moneda extranjera los Estados "tienen que estar más presentes" y remarcó que en el país, tal como habían sugerido en 2016 al gobierno de Cambiemos, el año pasado presentaron un proyecto para que sea el Congreso Nacional el que autorice a los gobiernos a endeudarse.
Resaltó que desde el 2016 en adelante en la Argentina "hubo un proceso de endeudamiento muy fuerte", y que en 2018 cuando cambiaron las expectativas el país "quedó rehén de los mercados financieros internacionales", lo que calificó de "una absoluta irresponsabilidad". "La única lluvia que hubo fue la de los capitales especulativos, la bicicleta financiera. Y ahí es cuando Argentina vuelve al Fondo", dijo en alusión a la "lluvia de inversiones" que prometía el gobierno de Cambiemos.
En ese contexto, apuntó contra el gobierno de Cambiemos por la deuda adquirida, y dijo que "los endeudamientos insostenibles no solo agravan problemas de empleo, sino que ponen presiones inflacionarias". "Quienes más presión ponen en la brecha cambiaria son los fondos que vinieron a especular durante el gobierno anterior. El FMI financió la campaña de (Mauricio) Macri y el pueblo argentino está pagando esa campaña", dijo.
Negó que el gobierno vaya a aplicar un ajuste,rechazó la idea de que pueda darse una devaluación y aseguró que hoy la Argentina tiene superávit comercial. "Hay muchos diciendo se viene una devaluación, el año pasado decían lo mismo y no pasó. Ahora decimos lo mismo, no va a pasar. El Banco Central viene acumulando reservas y las exportaciones vienen creciendo. Reestructuramos deuda con acreedores privados, no hay ningún pago hasta junio de 2024. ¿Cuál es el problema de la balanza de pagos? Es el Fondo Monetario Internacional, que está en la Argentina porque lo trajo Macri", sentenció.
Por eso, sostuvo que buscan que "el Fondo deje de ser una carga desestabilizante en la balanza de pagos", y que el acuerdo que buscan alcanzar con el organismo financiero se debe dar "sobre la base de nuestra programación económica para tranquilizar la economía argentina".
Guzmán participó de un encuentro organizado por la revista Crisis, en el marco del Festival Ballena que se realizó en el Centro Cultural Kirchner, con charlas y debates sobre distintas temáticas. Participaron también el exministro de Finanzas de Grecia y referente de la Internacional Progresista Yanis Varoufakis; y el exministro de Conocimiento y Talento Humano de Ecuador y excandidato a presidente, Andrés Arauz.
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