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Extraen ADN humano de liendres halladas en antiguas momias sudamericanas

(19/01/22 - Arqueología)-.Un estudio de ADN humano del cuero cabelludo, que ha sido extraído de la sustancia pegajosa que depositan los piojos en el cabello para proteger sus huevos, ha procurado valiosa información sobre algunos de los antiguos pobladores de la región andina.

aunque hoy en día pensar en ello nos parezca sumamente desagradable, los piojos, esos minúsculos insectos que continúan infestando el cabello de animales y seres humanos en todo el mundo, nos han acompañado desde el principio de nuestra evolución. Incluso existen estudios científicos que afirman que están entre nosotros desde hace por lo menos seis millones de años. De hecho se han hallado liendres (los huevos que ponen las hembras de los piojos en el pelo de los animales) en restos humanos de hace entre diez mil y siete mil años.

Pero estos molestos compañeros de viaje de los humanos pueden proporcionar valiosa información sobre el antiguo ADN de nuestros antepasados. Por lo menos eso es lo que afirma un estudio llevado a cabo por grupo internacional de investigadores de la Universidad de Reading en Malasia, de la Universidad Nacional de San Juan en Argentina, de la Universidad de Bangor en Gales, del Museo de Historia Natural de la Universidad de Oxford y de la Universidad de Copenhague.

El "cemento" dejado por los piojos

Según Alejandra Perotti, profesora asociada de Biología de Invertebrados en la Universidad de Reading y una de las autoras del estudio, el tema es "algo parecido a lo que ocurre en Parque Jurásico, la película de ficción en la que se nos contaba que el ADN quedaba encerrado dentro de los mosquitos capturados en ámbar. Nosotros hemos demostrado que información genética importante puede quedar preservada gracias a la sustancia pegajosa (cemento) producida por los piojos para pegar sus liendres al cabello. Pero no solo eso: la biología de los piojos puede proporcionar, además, pistas valiosas sobre cómo vivían y morían las personas hace miles de años". El estudio, que acaba de publicarse en la revista Molecular Biology and Evolution, analiza las liendres extraídas de algunos restos momificados procedentes de la América precolombina datadas entre 1.500 y 2.000 años.

Los autores del estudio han analizado algunas de las liendres que parasitaron el cabello humano que se utilizó en un tejido procedente de Chile, el pelo de una cabeza jibarizada proveniente de la Amazonía ecuatoriana y el de varias momias andinas de la provincia argentina de San Juan. En todos estos restos, el ADN humano, procedente del cuero cabelludo, se preservó perfectamente en el "cemento" o sustancia que las hembras del piojo segregan para pegar sus huevos en el cabello de su hospedador. El estudio del ADN procedente de este material ha permitido a los investigadores conocer el sexo de estos individuos, establecer un vínculo genético entre tres de las momias estudiadas y los indígenas amazónicos de hace dos mil años, y rastrear el camino que hicieron las personas que llegaron hace dos mil años a los Andes procedentes de San Juan.

El estudio de las liendres también ha procurado información respecto al clima. Los huevos se hallaron muy cerca del cuero cabelludo lo que indica que los piojos hembra los pusieron lo más cerca posible de la cabeza del huésped para lograr darles más calor, lo que sugiere que estos individuos estuvieron expuestos a temperaturas muy frías en el momento de su muerte. Otro dato interesante ha sido el hallazgo de muestras de polimavirus de células de Merkel, un tipo de virus que está en el origen de un agresivo cáncer de piel. Según los autores, esto podría indicar que los piojos tal vez sean un vector de transmisión de este virus.

Un nuevo reservorio de ADN

Para llevar a cabo estudios de ADN antiguo, normalmente los investigadores extraen las muestras de huesos craneales o de dientes, aunque no siempre es posible hacerlo debido a su ausencia o a su mala calidad. Ahora, este estudio abre nuevas posibilidades a la hora de conseguir ADN humano antiguo de buena calidad conservado en el "cemento" segregado por las hembras de los piojos. "La demanda de muestras de ADN de restos humanos antiguos ha aumentado en los últimos años a medida que buscamos comprender la migración y la diversidad en las poblaciones humanas antiguas. Los piojos han acompañado a los humanos durante toda su existencia, por lo que este nuevo método podría abrir la puerta a una mina de oro de información sobre nuestros antepasados, al tiempo que conserva especímenes únicos", afirma Perotti.

Este nuevo método podría abrir la puerta a una mina de oro de información sobre nuestros antepasados, al tiempo que conserva especímenes únicos, afirma Perotti.

Por su parte Mikkel Winther Pedersen, del instituto GLOBE de la Universidad de Copenhague, y otro de los autores del estudio, comenta que "la gran cantidad de producción de ADN hallada en estos 'cementos' para liendres realmente nos sorprendió y personalmente me llamó la atención que cantidades tan pequeñas pudieran proporcionar toda esta información sobre quiénes fueron estas personas y cómo los piojos se relacionaron con otras especies de piojos, aunque también nos da pistas sobre posibles enfermedades virales. Existe en la actualidad una búsqueda de fuentes alternativas de ADN humano antiguo y el cemento para liendres podría ser una de esas alternativas. Creo que se necesitan más estudios antes de que realmente descubramos su verdadero potencial", concluyó el investigador.

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