Un año en el que el llamado mundo desarrollado se quitó la máscara dejando al descubierto su total desprecio a los principios que tanto pregonaba, entre ellos el derecho a la propiedad privada y la supremacía del derecho internacional. El político ruso pronostica que no habrán relaciones "normales" con Occidente durante los próximos años y tal vez décadas, hasta que no sea gobernado por políticos "sensatos". Rusia, mientras tanto, se centrará en desarrollar sus relaciones con el resto del mundo, un mundo "amplio" y que tiene una buena actitud hacia Moscú, subraya.
Citando al presidente ruso, Vladímir Putin, Medvédev señala que "el mundo ha entrado en una etapa de transformaciones revolucionarias", unas transformaciones que tienen carácter fundamental. Se trata de la formación de un mundo multipolar, cuyos nuevos centros representan a la mayor parte de la población global, y los habitantes no solo tienen intereses nacionales sino que también están listos para defenderlos, apuntó el vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia.
Medvédev constata que EEUU, país que se esfuerza en mantener su hegemonía unipolar, encuentra cada vez mayor resistencia de quienes no quieren obedecer sus órdenes. En esta línea, destacó el fortalecimiento de las posiciones en el mercado global de China, la India y los países de Oriente Medio. América Latina y África tampoco tienen ni las más mínimas ganas de bailar al son de Washington.
El nuevo mundo que se está formando está dispuesto a dialogar con el Occidente colectivo, pero siempre y cuando haya relaciones equitativas y mutuamente respetuosas, indica el político ruso al pronosticar que la situación de confrontación durará mucho tiempo y requerirá de la fuerza y la voluntad política por parte de las naciones presionadas por los neocolonialistas. Un proceso que estará acompañado de la aparición de "nuevas monedas de reserva", entre otros desafíos para la hegemonía occidental.
En su texto, Medvédev confirma el fracaso del empeño de los "enemigos" de Rusia por destruir su economía. El sistema financiero del país se está adaptando exitosamente para funcionar a pesar de las sanciones estadounidenses, al mismo tiempo se está llevando a cabo una gran labor para relanzar aquellos sectores que garanticen la seguridad y la capacidad defensiva de Rusia. Tampoco se consiguió quebrar el mercado de divisas ruso porque el profesionalismo de las instituciones financieras clave permite mantener en márgenes aceptables la inflación y los precios. De hecho, el Estado cumple plenamente sus obligaciones sociales, en particular, indexando salarios y pensiones, también ejecutando todos los pagos debidos.
A su vez, las empresas extranjeras que abandonaron el mercado ruso fueron sustituidas inmediatamente, así que esto afectó solo a los 'prófugos'. Paralelamente, la industria militar rusa demostró su impresionante capacidad de dar respuestas adecuadas a las amenazas más graves para la seguridad del país. "El futuro será nuestro ", asegura Medvédev.
Al mismo tiempo, da a entender que el Occidente colectivo tiene pocas razones para aspirar a un futuro mejor. No tanto por la creciente ralentización de su crecimiento económico y del progreso tecnológico, sino más bien por el evidente colapso global ideológico y filosófico del modelo occidental, un modelo incapaz de hacer avanzar a la humanidad, de solucionar los problemas internacionales o garantizar la seguridad global.
"Los enemigos de Rusia serán vencidos", concluye Medvédev.
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