El palacio, decorado con hojas de oro, piedras preciosas y perlas, está en ruinas. Pero, los visitantes pueden ver las letrinas, bien conservadas, justo al lado del lugar. La delicada restauración duró casi una década.
Se cree que el palacio servía para aliviar al emperador romano del calor del verano romano. Según los arqueólogos, Nerón se sentaba probablemente en un trono de mármol, delante de una hilera de fuentes y a la sombra de un toldo de seda.
“Domus Transitoria” —llamado así porque le permitía unir las dos colinas, Palatino y Esquilino— fue destruido en un devastador incendio en Roma que duró casi una semana y que hizo arder toda la ciudad. Actualmente, se puede admirar el palacio a través de un recorrido en realidad virtual.
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