Una lectura macroeconómica desata interrogantes sobre cómo el gobierno de Cambiemos afrontará sus últimos meses de gestión económica correspondiente al periodo 2015-2019, más allá de la cuantificada asistencia del FMI, y como el siguiente gobierno que asuma llevará adelante los vencimiento de deuda que se darán en su periodo.
En diciembre del 2019 se recibirá a un país con una inflación proyectada de un 36%, una tasa monetaria del 67%, un posible dólar a $60, y un mercado e industria nacional prácticamente destruidas que sembraron un 32% de pobreza, entre varios vencimientos de deudas sucesivos. A la Argentina le esperan vencimientos de deuda en moneda extranjera en el año 2020 por USD 20,376 millones, en el 2021 por USD 31.608 millones, en el 2022 por USD 49,923 millones, y en el 2023 por USD 46.594.
Es importante destacar que el monto del 2022 es el más elevado a pagar hasta el 2045. Pero esto no puede dejar de leerse por fuera del monto de los desembolsos que faltan por parte del FMI que son de tan solo USD 3.875 millones y USD 1.937 millones en los años 2020 y 202, respectivamente.
En conclusión, se deberá pagar USD 148 mil millones entre el periodo 2020-2023 respecto al vencimiento de deuda que corresponde a bonos emitidos en la gestión de Cambiemos que todavía no concluyó. El trasfondo también de esto es la profundización del sometimiento por parte de organismos como el FMI: la reforma previsional y la laboral fueron condiciones de acuerdo por parte del organismo.
Según la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET), la deuda pública aumentó un 40,9% durante el 2018. Esto es el reflejo del stock de deuda pública que alcanzó a 332.192 millones de dólares y al 86,2% del PBI. Este análisis fue realizado a partir de los datos mismos de la Secretaría de Finanzas. La sostenibilidad externa cada vez se encuentra en mayor conflicto. Un riesgo país en torno a los 800 puntos básicos imposibilita a la Argentina a algún financiamiento externo. Esto sucede luego que la deuda tomada por Nación y ciertas provincias aumentó en un 100% en un poco más de tres años de gestión.
Ecolatina se suma al análisis político y económico de la Argentina y expresó en su último informe que el país ocupa el séptimo puesto dentro de la tabla de las peores economías del mundo. Actualmente se encuentra atravesando una recuperación muchísimo más lenta de lo esperado según dicha consultora aunque aclaran que los números no eran tan favorables como en el 2016.
La Argentina solo está detrás de Venezuela, Guinea, Irán, Nicaragua, Sudán y Turquía. El dato determinante es la retracción del 2,7% per cápita del PBI, según estudios del FMI. El informe de Ecolatina expresó que desde 1950 hasta hoy, el 35% de los años fueron recesivos. Esto da la posibilidad de ser comparados con Congo, Iraq, Siria o Zambia, que difícilmente pueden ser llamados economías de mercado.
De cara a las elecciones presidenciales, la consultora Ecolatina concordó que el próximo gobierno tendrá la responsabilidad de echar luz sobre las dudas respecto al pago de la deuda pública para tener un escenario económico estable más allá de su carácter extremadamente volátil histórico de la economía argentina.
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