Tras las manifestaciones y cortes de circulación del lunes por toda la región autónoma, los independentistas vuelven a salir este martes a las calles de las capitales catalanas.
En Barcelona y Girona, los agentes antidisturbios cargaron contra los manifestantes que trataban de acceder a las delegaciones del Gobierno. La Policía ha estimado en 40 mil el número de los asistentes a la marcha que se volvió violenta en diferentes partes.
La magnitud de los choques y actos vandálicos generó diferentes reacciones. Muchos criticaron la actitud policial y otros lo defendieron. La situación llevó, incluso, al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a cancelar su agenda del miércoles.
La respuesta del Gobierno catalán, sin embargo, fue cautelosa. Justificó las cargas policiales que las describió como puntuales y para proteger a los propios manifestantes, al tiempo que dijo entender las protestas.
Estas movilizaciones que se prevén continuarán el miércoles y el viernes en forma de una huelga general, han sido convocadas tras conocerse las condenas del Supremo contra 12 líderes separatistas procesados este año. Nueve de ellos recibieron penas de cárcel de entre 9 y 13 años. La Generalitat que rechazó las condenas dijo que continuará defendiendo su derecho a la autodeterminación.
Para calmar la situación, lo primero que han hecho las autoridades es una caza para dar con la plataforma Tsunami Democratic. Una misteriosa organización con responsables desconocidos que se comunican por redes sociales y aplicaciones criptadas de mensajería y logran movilizar a miles de ciudadanos indignados por las altas condenas de cárcel para los líderes separatistas.
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