Este paro comenzó hace 12 días en contra de una reforma del sistema de pensiones, anunciada por el Gobierno de Macron. El Ejecutivo galo desea unificar los 42 regímenes de pensiones existentes en un sistema único por puntos y atrasar la edad de jubilación para recibir una pensión completa. Pero, por ahora, no parece haber ninguna solución a la vista.
Los sindicatos intentarán intensificar la presión en las calles con una nueva jornada de manifestaciones para este martes —la tercera en menos de quince días—, en la que esperan reunir en las calles a cientos de miles de personas.
La Confederación General de Trabajadores ya había advertido que, si el Gobierno no retira la propuesta de reforma del sistema de pensiones en una semana, duplicará la movilización.
Y todo esto mientras que el alto comisario francés para la reforma de las pensiones, Jean-Paul Delevoye, dimitió como consecuencia del escándalo por no haber declarado 13 cargos que mantenía, una decena de cargos paralelamente a su mandato en el Gobierno, algunos de los cuales eran remunerados, algo prohibido en Francia. Esta renuncia debilita al Gobierno y supone un duro golpe ante la presión de la huelga.
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