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Bitácora de una Coronauta: Día 20


(08/04/20 - Lecturas  *Por Ana Lía Glas)-Me levanto a las siete de la mañana. Hoy no es día de limpiar, desinfectar ni nada de eso.

Hoy me dedico a escribir, escuchar música y sobre todo leer.

Ayer mis hijxs Federico y Lupe fabricaron sus propios barbijos según recomendaciones oficiales que circulaban por Internet. Se los pusieron y me enviaron fotos. Estaban hermosos y los barbijos se veían muy bien. Yo no necesito barbijos porque decidí que solamente saldré de casa para sacar la basura. Ni siquiera iré al Carrefour de la esquina.

Ayer con el tema de que el 28 de abril cumplo años y que pensé que la pasaría en soledad tuve unos momentos de angustia y pensé en la posibilidad de la muerte, no solamente por el coronavirus sino porque tengo muchas amigas de mi edad que murieron en estos años. Mis hijxs me aseguraron que pasarían por casa, tal vez no todxs al mismo tiempo, con sus barbijos a saludarme.

Me tranquilicé.

Como todos los años la celebración de Pesaj me pone melancólica. Mis padres nunca festejaron y no nos inculcaron nada sobre el judaísmo y si tengo que pensar en los valores que nos transmitieron en que robar a hermanas, sobrinxs, despreciar a la familia, decir cosas horribles acerca de hermanxs, tixs, abuelxs, era moneda corriente, no tengo nada para rescatar.

Yo sí les inculqué valores a mis hijxs y estoy muy orgullosa de ellxs pero nunca les hablé sobre la cultura judía, la historia etc, porque yo misma no conozco sobre el tema.

No quiero sentirme culpable por eso pero sí siento una asignatura pendiente que a esta altura no podré resolver..

Hace unos años le pedí a mi querida tía Edit, que hoy ya no está, que viniera a casa para preparar juntas una celebración de Pesaj. Yo sentía como importante que cocináramos nosotras, que no compráramos comida hecha. Nos pasamos todo el día en la cocina y son momentos que llevo en mi corazón junto con la celebración en sí: mis hijxs, nietas, mi sobrina Robin y su pareja, mi entonces yerno, mi querido primo Martín, sus hijxs Sonia y Bruno. (A mi hermana no la invité porque no nos tratamos mucho y sus hijxs están bautizadxs, primera comunión, casamiento por iglesia)

Mi madre todavía estaba lúcida así que la invité. Cuando llegó se enteró de que mi primo estaba retrasado y que llegarían media hora más tarde

-Yo no voy a esperar. Me voy dijo muy molesta.

Le dije que le pediría un remise . En ese momento vivíamos a veinte cuadras una de la otra.

-Yo no tomo remise de noche. Me van a tener que llevar.

Mis hijos la llevaron.

Su gesto de mierda no me arruinó la noche pero tampoco lo olvidé.

Me baño y me preparo para la gran aventura del día: sacar la basura.

Vuelvo y me como una manzana asada.

Salgo un rato al balcón. Está hermoso.

Tengo una bandejita de wock que mi hija me trajo de la verdulería . La cocino en un poco de aceite de oliva. Me encanta el wock.

Lavo los platos. No tengo ganas de dormir.

Alberto y su equipo decidieron no flexibilizar el aislamiento, y con respecto a los centros urbanos comunicaron que serán más estrictos y que para el fin de semana largo habrá un operativo adicional.

Me preparo un licuado de banana con leche.

Hago un lavado en el lavarropas.

Riego las plantas y mientras las estoy regando recuerdo que mis padres tenían una ingeniera agrónoma que iba a regarles las plantas en su piso de Recoleta.

No tengo ganas de cocinar así que como un sándwich de queso y tomate.

Sigo leyendo “Purga” que me atrapa. La novela va del pasado al presente. Hasta ahora las protagonistas son dos mujeres: una anciana que vive en una zona rural de Estonia y una joven rusa víctima de trata que se está escapando. Hay muchos misterios por develar.

Purga obtuvo el prestigioso Premio Femina de literatura extranjera.y el premio europeo a la Mejor Novela del Año.2010.


Me acuesto dispuesta a seguir leyendo mientras escucho a Mozart..

Bitácora de una Coronauta: Día 18


(07/04/20 - Lecturas  *Por Ana Lía Glas)-.Me despierto a las seis de la mañana y me levanto. Día de limpieza. No me reconozco mucho en esta rutina de la limpieza. Nunca fue mi obsesión ni organizaba mi vida. Ahora tampoco la organiza pero tiene un lugar relevante porque está asociada a seguir viviendo, como quedarme en casa, desinfectar todo lo que entra: el virus viene de afuera.” El virus viene de afuera” puede tener varias lecturas. Xenófoba, racista, discriminadora aunque por otro lado vino de países europeos de USA.

La vecina de abajo grita contra los barbijos. Se comienza a hablar de la conveniencia de usarlos. Pero ella va a gritar contra todo. Merecería tener como presidente a Bolsonaro

Amado Boudou con prisión domiciliaria. Me siento tan contenta!!!!!!

Los femicidios crecen con el encierro. Difícil prevenir la violencia de género en contextos de cuarentena. Hace unos días Dora Barrancos dijo que tal vez el coronavirus, el encierro sirvan para que las mujeres reflexionen acerca de sus vidas. Que puedan pensar que no están condenadas de antemano, agrego yo.

Esta situación que estamos atravesando se transforma en objeto de debate- ¿Debemos exigirnos estar todo el día ocupadxs, en movimiento, hacer gimnasia o por el contrario resulta más saludable permitirnos hacer fiaca?

La gimnasia no es lo mío, únicamente algunas elongaciones que me protegen de las ciatalgias que me acechan. Pero leer, escribir, escuchar música las siento placenteras .

Hoy no estoy muy creativa con la comida: fideos con manteca. Tampoco tengo la obligación de ser creativa , cocinar no ha sido lo mío. Ha sido una obligación, sobre todo cuando mis hijxs eran chicxs.

Me comunico con mi médico clínico, necesito recetas para la presión y el colesterol. OSDE ha diseñado un sistema complejo de validación de las recetas. ¿qué pasa con la gente mayor que no entiende el trámite? ¿se joden?

El año pasado me hice unas resonancias de cerebro en Fleni y también había que validar las recetas ¿qué mejor que hacerlo en forma presencial?. Pero no. Pude hacerlo como ellxs lo exigían pero ¿qué pasa con la gente que no puede? Bastante estresantes son este tipo de estudios ¿hay que agregar más estrés?.

Me acuesto a escuchar música y al rato me quedo dormida. Un sueño reparador. Estoy con Valentina en el Buquebus viajando a Colonia. Fueron dos días hermosos.

Me preparo un té con galletitas Lincoln que han pasado a ocupar un lugar importante en mi cuarentena.

Aún no se sabe si la cuarentena durará mucho más. En realidad lo que dice Alberto es que sigue pero se irá flexibilizando, no para la gente de mi edad. Me cuesta pensarme como una vieja. Supongo que pasaré mi cumpleaños sola. Esa idea no me gusta nada.

La miserabilidad, la ignorancia de mucha gente me dá rabia. He escuchado cacerolazos delante de mi edificio

No registran que Alberto está asesorado por los mejores especialistas más allá de banderías políticas. La gestión de Alberto es aplaudida en casi todo el mundo. Alberto tiene una imagen positiva del 90%. Alberto ha logrado conformar un equipo donde trabaja en muy buenos términos con políticos como Larreta. Esto nos protege del coronavirus.

Hay gente miserable que pretende instalar la idea de que Alberto miente con respecto al número de muertos. Buscando debilitarlo (cosa que no lograrán) nos debilitarían a todas, todos y todes.. ¿Qué les pasa grandísimos imbéciles? ¿no les funcionan sus neuronas?¿el odio es tan grande? Miserables: no aprendieron nada.

Por hoy es suficiente. No tengo que llenarme de rabia como ellos, como los poderosos y los pobres idiotas que se identifican con ellos. Yo no voy a meter una empleada doméstica en el baúl del coche para que me sirva durante la cuarentena. Ni coche tengo.

Sigo leyendo la novela “Purga” mientras escucho a Mozart. Ojalá que el día de mi cumpleaños pueda estar con las personas que amo


Bitácora de una Coronauta: Día 17


(06/04/20 - Lecturas  *Por Ana Lía Glas)-.Me despierto a las seis de la mañana y me levanto. Me estoy levantando demasiado temprano. Hace frío Hoy mi hija me va a traer verduras y frutas y mi hijo un pedido de almacén.

Llega Lupe en su auto , baja y las dos estiramos nuestros brazos para que la bolsa que trae pase a mis manos.

-Siento tanto no poder darte un beso.

Me tira un beso con la mano.

Subo a mi departamento. Limpio las suelas de las zapatillas con lavandina. Empiezo con el proceso de desinfección que me pone un tanto loca. Pero quiero hacer lo posible para cuidarme. Me aferro a la vida como puedo. No salir , desinfectar, haberme vacunado contra la gripe antes de que comenzara la cuarentena son los medios con que cuento..

Me lleva tanto tiempo el proceso de desinfección que se hace la hora del almuerzo.

Me preparo una costillita de cerdo, un choclo y una manzana asada.

Lavo los platos.

Miro algunas noticias

“El médico del plantel del club Stade Reims de la Primera División del fútbol francés, Bernard González, se suicidó en su casa, mientras realizaba la cuarentena por coronavirus, anticipó el diario de ese país europeo Le Parisien.” Lo confirmó el alcalde de la ciudad.

¿Por qué lo habrá hecho?. La tragedia de los suicidios me conmueve, especialmente desde que mi hermana se suicidó en el año 2015. No dejo de pensar en ella ni un solo día. El duelo ya pasó pero su recuerdo y algunas preguntas que quedaron sin respuesta, no.

“ La pregunta por quién pagará la crisis permanece abierta. Para algunos empresarios, como Rocca, la respuesta no se discute y quienes deben pagar son los trabajadores. Para los que suscriben el documento que recibió el presidente este fin de semana, la respuesta debe ser dialogada pero el que debe hacerse cargo es el Estado, aunque esté sometido a restricciones estructurales según reconocen”.

No podemos hacernos ilusiones . El coronavirus no cambiará a esta gente, los poderosos a los que solamente les importa su fortuna. Ellos sí que se robaron todo. Ellos sí que despiden a los trabajadores en medio de la pandemia. Ellos no saben de Derechos Humanos, del Derecho a la Salud como Derecho Universal. Estoy de un lado de la grieta y ellos al otro lado. En momentos así se hace evidente que la grieta sigue existiendo.

Me acuesto un rato y escucho música: Los cuentos de Hoffman. Me voy quedando dormida.

Me despierta el timbre del portero eléctrico. Es Fede que me trae la compra de artículos de almacén. Me había olvidado…

Bajo y nos tiramos besitos respetando la distancia prudencial.

Ufff. Nuevamente desinfección.

Me preparo un café con leche con galletitas dulces. En estos días me dió

por las galletitas dulces

Leo:
“La llamada fue breve y áspera.

--Hola, sí, ¿Patricia?-- se comunicó un importantísimo intendente macrista del Gran Buenos Aires.

--Sí, sí, soy yo, ¿cómo estás?--contestó la ex ministra.

--Bien, por suerte, bien. La venimos llevando. Patricia, te llamaba para decirte que están jugando con fuego, con los cacerolazos, las redes y limando al gobierno.

--Bueno, bueno, yo no tengo que ver con lo que está pasando. Es la gente.

--Mirá Patricia, una cosa es la gente y otra que ustedes estén encabezando las movidas. Cuando vos eras ministra, no te bajaste el sueldo-- se endureció el intendente macrista.

--Te reitero, es la gente la que piensa eso-- se defendió Bullrich.

--De esta manera, ustedes nos están complicando. Trabajamos bien frente a la situación, hay ambiente de trabajo en común con el presidente y el gobernador. Por supuesto que ellos siempre tuvieron sus ultras, pero están guardados. Y aparecen ustedes, que son nuestros ultras.

--Yo no estoy encabezando nada.

--Sé muy bien de dónde vienen las cosas. Te quiero decir, además, que actuando así, este partido no me representa. Tenelo en cuenta.

¡¡¡¡Bien por el intendente!!!!!

Comienzo a releer la novela “Purga” de la escritora finlandesa Sofi Oksanen, que obtuvo importantes premios.

Se hace la hora de cenar. No tengo ganas de cocinar. Me preparo un tostado de queso y tomate.


Sigo leyendo hasta que llega el sueño. Mañana no tengo alimentos que desinfectar.

Bitácora de una Coronauta: Día 16

(05/04/20 - Lecturas  *Por Ana Lía Glas)-.Me despierto a las siete , angustiada. ¿Tuve una pesadilla?. Raro en mí. De a poco voy recordando. Soy una nena de ocho

años. Estamos en 1956. La epidemia de poliomelitis. Los momentos más terroríficos que viví en mi niñez. Mis padres habían alquilado una casa en Mar del Plata para pasar el verano : los meses de diciembre, enero y febrero, volveríamos cuando comenzaran las clases. Ese año decidieron que nos quedaríamos hasta que comenzara el frío. Mi padre pasaba en Mar del Plata los fines de semana y volvía para trabajar los días laborables. Mis hermanas y yo nos quedábamos con mi madre y las empleadas. No íbamos a la playa y aunque recuerdo un pequeño jardín estábamos encerradas , no salíamos de la casa para nada. Por supuesto que esta pesadilla está relacionada con el encierro de la cuarentena y el miedo al contagio. Pero aquel miedo fue pavoroso, ahora no me siento así. Mi padre se comunicaba telefónicamente con mi tío que vivía en New York. Creo que le preguntaba si allí había algún medicamento o vacuna.

Me levanto. Hoy no voy a salir para nada ni voy a recibir alimentos, así que me siento tranqui en relación con la desinfección. No necesito desinfectar nada ni ponerme la ropa para salir, ni pasar lavandina por las suelas de las zapatillas Cambio las sábanas y las lavo.

Les doy la comida a los gatos que se están quejando y me preparo el desayuno. Café con leche con tostadas y casancrem.

Me ducho, me lavo el pelo y me dirijo a la computadora para ver los mails, los diarios y el facebook.

Se está hablando de situaciones de discriminación . la “gente” insulta a los médicos , que serán quiénes los atiendan cuando necesiten su cuidado profesional .También atacan a sus vecinxs que supuestamente están contagiadxs. Tratan al Otro como si fuera un leprosx en la Edad Media..

Primero discriminan a lxs médicxs y luego los aplauden. Siento que no tengo nada que ver con esa “gente”.

Almuerzo pechuga de pollo con ensalada.

Tengo ganas de hacer una pequeña siesta. Apenas me acuesto oigo los alaridos de un tipo que supongo vive en un departamento de enfrente. No sé cual.

-Me tenés los huevos llenos- repite una y otra vez.

Me pregunto si incrementará su violencia , si le pegará pero después de un rato se calla. Me preguntó si debí llamar a la policía pero deduje que no pasaría de gritos.

Me acuesto. Alguien pone música, tal vez un poco fuerte pero prefiero la música a los gritos. Inmediatamente el señor de los alaridos al que reconozco por su tono de voz :

-¡Sacá la música!. La música sigue por un rato y el señor alaridos no para. Por fin se hace el silencio.

Pongo a Mozart que me ayuda a dormir o por lo menos me relaja. Disfruto de esta hora en que solo escucho música, me quedo dormida.

Aclaro que vivo en Núñez, considerado un barrio cheto. Una pensaría que esta gente cuidaría un poco sus modales, al menos disimularían .

Me despierto bien, no hay gritos.

Busco una peli para ver en Netflix : “La trinchera infinita” Se desarrolla durante el franquismo. El paralelismo con la época de la dictadura militar hace que me interese leer, ver películas aunque me resulte lacerante. Miguel Hernández: “Nanas de la cebolla” Federico García Lorca, en homenaje al poeta fusilado por “rojo “ y por homosexual, uno de mis hijos lleva su nombre.

“La trinchera infinita” trata sobre un alcalde republicano que vivió enterrado durante 30 años en un pozo dentro de su casa para no sufrir la represión franquista. El lugar límite del auto encierro para no ser atacado por uno de los regímenes más crueles y opresivos. Otros hombres también optaron por vivir enterrados , fueron llamados “topos”. Todos en cuarentena.

El alcalde sale en 1969, año de la amnistía franquista para los topos. Es impresionante su salida de la casa. Traspasar la puerta con mucho miedo, el sol encegueciéndolo.

En estos días escuché hablar a profesionales de la salud mental sobre el miedo a salir después de la cuarentena.

Me preparo un licuado de banana con leche. Llamo a cada uno de mis hijxs. Pongo un poco de orden en el placard.

Hago zapping y no encuentro nada interesante.

Busco en la Biblioteca libros de ficción relacionados con el aislamiento, el encierro.

Por ahora encontré tres “La madre de Frankenstein” de Almudena Grandes, una de mis escritoras favoritas, “Liberación” de Sàndor Márai, “Purga” de Sofi Oksanen. Ya los leí pero quiero releerlos.

Pienso en las personas que están presas o confinadas en Hospitales Neuro Psiquiátricos. Pienso en Amado Boudou, en Milagro Sala.

Hoy me voy a dormir temprano.

Bitácora de una Coronauta: Día 15


(04/04/20 - Lecturas  *Por Ana Lía Glas)-.Hoy cumplo el día quince de la cuarentena. Todavía no amaneció. Estoy en la compu. Suena el celu , es mi nieta Valentina que me cuenta que está con mi hija en el balcón tomando mate y esperando que amanezca. Que pensó en mí. Muero de amor mientras controlo las lágrimas que quieren liberarse. Corro el black out. Efectivamente está amaneciendo. 

El amanecer nos envuelve a las tres. Es magia. Valentina me pregunta sobre la novela que estoy escribiendo. Siempre me pregunta sobre lo que escribo. Le digo que estos días no escribí nada nuevo, que corrijo. 

– ¿Gimnasia hacés?

- Solamente elongaciones 

Nos despedimos con besos y abrazos virtuales.

Busco la caja donde guardo fotos y cartitas, dibujos de mis nietas. Encuentro un dibujo de Julia : una nieta besando a su abuelita. Dice: 
"Me gusta pasar tiempo con vos. Sos muy graciosa. Sos mi abuela preferida.
Compartimos el gusto por la pintura de Frida Kahlo." 

Tengo un libro con su obra e historias sobre su vida. Julia siempre me pide que lo veamos juntas. Un día se lo quise regalar pero me dijo que prefería que el libro esté en mi casa.

A Julia le gusta que le digan que tiene mis ojos

Es hora de preparar el almuerzo: bife a la criolla. Coca light. Lavo los platos 

Me dispongo a dormir una siesta. Pongo la misa de réquiem de Mozart.

Me despiertan los gritos de los vecinos de abajo. Ya no se qué hacer. 
El departamento es del hijo. Ellos se mudaron hace casi un año. Cuando se acercaban las PASO la mujer gritaba como loca contra la chorra, contra los planeros, los negros, nadie trabaja, son todas putas que se embarazan por los planes. Nos están invadiendo. Culminaba con una risa de película de terror. 

Con el resultado de las PASO empeoró y ni que decir con el triunfo de Alberto. Llamé al hijo y le pedí que la hiciera callar. Se calló pero ahora con la cuarentena se puso peor y el marido sumó sus propios gritos. El hijo me dice que están muy nerviosos ¿Y yo?.

Ahora aplauden a los servicios de salud y después se suman al cacerolazo. ¿Qué podemos esperar de esta gente? 

Pretenden pertenecer a una clase social que con gusto los aplastaría como a cucarachas tanto como ellos aplastarían sin piedad a los negros, a los planeros, a las que "se embarazan por los planes".

Filósofos notables están hablando sobre el post coronavirus. Para algunos podría llegar el socialismo. 

¿el coronavirus construyendo el socialismo? 
No es lo que me enseñaron en la Facultad ni lo que leí en todos los libros que estudié posteriormente

No espero grandes cambios. Como dijo Darío Stajnszrajber, sale lo mejor y lo peor. Dicen que ésta puede ser una oportunidad para cuestionar lo que creemos son nuestros deseos. ¿Son propios o introyectados?.

Rita Segato plantea algo hermoso: Alberto nos estaría maternando. Confío mucho en Alberto. ¿Podría reemplazar a esa madre amorosa que no tuve?
-“Alberto ¿querés ser mi mamá?”. 
¿Siempre presente el vacío de madre? 
Mamá : un significante vacío.
He sido una madre amorosa ¿No puedo dar por saldado el tema?

Pienso que es verdad que el Estado debe estar presente pero no convertirse en instrumento de control social. No convertirnos nosotros mismos en policía de vigilancia del otro.

Vecinos espiándose entre sí. Linchamientos.

Hace tres días un tipo caminaba por la calle a eso de las diez de la noche. Del edificio de enfrente se asomaron varias personas , lo acusaron de ponernos en riesgo, de que podríamos morir. "Morite vos."

A pesar de no aprobar la conducta del que caminaba desafiante tuve miedo de que lo lincharan. Temo a la violencia.

Termino mi día mirando ”Amor en dictadura”: excelente documental de Emilia Faur que está en  you tube. Hay reportajes a Alberto Migré a Miriam Lewin, Liliana Chiernajowsky amiga y compañera tan querida, me estremezco escuchándola hablar de sus amores. También son entrevistades Diana Maffía, Tato Pavlosky. Se proyectan algunas escenas de “Piel naranja” y “Rolando Rivas, taxista”.

Una de las entrevistadas dice que hubo algo de compulsivo en las relaciones sexuales de lxs militantes de esa época. Estoy de acuerdo. Algunas de las Orgas imponían normas rígidas mientras sectores de jóvenes que no estaban en las Orgas vivían la liberación sexual, el amor libre. 

Siempre me pregunto qué ganamos las mujeres con el amor libre que me parece que respondió en gran medida a los deseos y necesidades de los varones

Esta cuarentena me trae tantos recuerdos Amor y dictadura:
El padre de mis hijos y yo nos enamoramos de una manera un tanto loca en 1974 (estamos separados desde 1990). Pese al horror de lo que estábamos viviendo  nuestro amor transitaba por un carril paralelo.

En el verano 1974/1975 decidimos hacer un viaje hasta Tucumán en carpa con mi Citroen. Sabíamos del Operativo Independencia que puso en marcha desde el Estado un plan sistemático de secuestro y desaparición forzada de personas. 

Igual partimos felices. 

El ejército nos paró muchas veces. No estábamos militando pero habíamos estado muy comprometidos y habíamos tenido una gran visibilidad en la UBA durante la gestión camporista. Eramos lo montos. No se si nuestra felicidad nos hacía parecer inocentes pero no nos pasó nada …Y con un Citroen…

Uuuuy. Qué tarde que es. Siempre me acuesto temprano. Me voy a dormir. Mañana sigo

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Bitácora de una Coronauta: Día 14

(03/04/20 - Diario de una  *Por Ana Lía Glas)-.Hoy cumplo el día catorce de la cuarentena. Me parece como si hubiera transcurrido mucho tiempo. Paso de sentirlo como algo irreal, un mal sueño, una distopía: a naturalizarlo.  


Pienso varias veces en el "Ensayo sobre la ceguera" de josé Saramago, pero no lo encuentro en mi biblioteca. Lo debo haber prestado. Tal vez es mejor así, o no... no se.


Desde que comenzó la cuarentena me propuse llevar una vida ordenada, cumplir con una rutina, es lo que recomiendan y creo que resulta útil. 


Me sigo levantando a las siete de la mañana, me baño, jamás me quedo en pijama. Limpio, pongo a funcionar el lavarropas cuando hace falta, le cambio el agua a mis dos gatos, les cambio las piedritas, les doy de comer, desayuno. 


Miro las noticias en la compu. Me conecto al facebook y frecuentemente tengo algo que opinar, algún texto para publicar.


De las compras se ocupan mis hijes, las traen o las envían por glove.Podría decir que recibir la carne, verdura, fruta y productos de almacén es casi traumático. Hay que realizar un exhaustivo proceso de desinfección. “¿Y si alguna mínima superficie quedó sin desinfectar terminaré muriendo?” Hago lo que puedo e intento alejar esos pensamientos.


Tal vez la obsesión tiene que ver con lo duro que me resulta  estar sin una caricia, un beso, un abrazo. 


Cuando algunx de mis hijes me trae alimentos o medicamentos , no se acercan y me quedo con las ganas de abrazarles.


Almuerzo a la una: Costillitas de cerdo con cebollas caramelizadas (comida de cuarentena).


Corrijo la novela que estoy escribiendo y se la voy enviando a Marta Loiácono que es la tallerista con la que corrijo mis textos y ella me los va devolviendo.


Le dedico parte de la tarde a Netflix. Ví una película alemana excelente “Poco Ortodoxa” Basada en el libro de memorias escrito por Deborah Feldman sobre su vida en una comunidad judía ultraortodoxa en Brooklyn. La opresión, el encierro, la falta de opciones tiene mucho que ver con lo que estamos viviendo.


Pero debo reconocer que soy una privilegiada vivo en un departamento pequeño pero lleno de luz, de sol. Tengo un balcón terraza y una terraza, plantas. Pienso en lxs que viven en lugares imposibles para cumplir con una cuarentena. Pienso en las mujeres que viven con el hombre que las maltrata y que ahora en cuarentena se pone peor.


Hablo con una amiga . Mis hijes me llaman por video llamada. Es hermoso verlxs.


Una vez por semana tengo una sesión telefónica con mi psicoanalista.


Desde el jueves 19 de marzo desde las ventanas, balcones etcétera, la gente sale a aplaudir al personal sanitario, ¿se está dando la ansiada unión de argentinas y argentinos? ¿nos salvamos entre todos o no se salva nadie?


El domingo Alberto da un mensaje a los empresarios para que ganen menos, fue aplaudido desde los barrios.


El lunes por la noche salieron masivamente a cacerolear.


El lunes los cacerolazos apuntan a que los políticos se recorten los sueldos.

“¿En qué quedamos unión y solidaridad o apriete?”


El 24 de marzo otro aniversario del comienzo de la dictadura cívico, militar.


Como siempre recuerdo a las y los compañeros desaparecidos y asesinados, esta vez desde mi casa. Escucho canciones de León Gieco, de Víctor Heredia, de Daniel Viglietti, La Cigarra, y otros tantos.


Pido justicia. Que no los olvidemos nunca. Que encontremos a los niños apropiados que hoy son mujeres y hombres.


También el 2 de abril desde el gobierno homenajean a los caídos en Malvinas. 


Pienso que el mejor homenaje sería juzgar por delitos de lesa humanidad a los militares que torturaron y asesinaron a nuestro jóvenes soldados. Pido Verdad, Juicio y Castigo a los culpables. 


Para el pueblo que los acompañó, para las madres y padres que con orgullo los mandaron a morir en una guerra loca no se que pedir


El 2 de abril mi día 14 de la cuarentena, Hugo Delgado me pide que haga un diario de mi cuarentena para Reporte Sur Me parece una propuesta interesante y acepto.


Me levanto a las cinco de la mañana para escribir...


*Socióloga, Escritora, Ex asesora de la legislatura de CABA, Militante feminista

Autora de: 

"Diversidades en primera persona. Hacia un imaginario inclusivo" en coautoría con Silvia Kurlat. Ed. del Dragón. 2013. Declarado de interés por el INADI y por la Legislatura de la CABA

"No me han vencido".Ed. Utopías. 2018. cuentos, relatos, poemas (prólogo de Dora Barrancos).

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