Así es la escena previa a un entierro de victima de COVID-19 en Honduras. Vecinos de los cementerios evitan a toda costa que los cuerpos sean enterrados en las cercanías de sus casas por temor al contagio del virus.
El carro fúnebre llego a las cercanías del cementerio fue allí cuando los pobladores salieron al paso para evitar llegaran al cementerio. La policía utilizo bombas lacrimógenas para dispersarlos.
La policía decidido al final retirar el carro fúnebre para evitar una mayor confrontación, el cuerpo fue devuelto a las instalaciones de medicina forense para determinar donde seria enterrado por sus familiares.
Las autoridades hondureñas han recurrido al entierro en fosas comunes de la mayoría de los cuerpos o en algunos cementerios alejados de población.
Médicos han hecho la aclaración a la población que no existe riesgo alguno de contaminación de COVID-19 , si el ataúd permanece cerrado y es sepultado de manera inmediata.
La población culpa a las autoridades de estos enfrentamientos y señalan a los políticos como los culpables del aumento en la crisis del país.
Hasta la fecha el Gobierno hondureño ha oficializado más de 100 muertes a causa del COVID-19, la mayoría de estos de la zona norte del país.
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