“Junto con todo mi equipo hemos estado trabajando con las familias bolivianas en todo este tiempo, y dado que en la última semana muchos de ellos dieron positivo en el coronavirus, me hice la prueba y también he dado positivo”, indicó ayer jueves Áñez en la red social Twitter tratando de disfrazar su estupidez de heroísmo.
Ante tal situación, indicó que comienza una cuarentena de 14 días durante la cual prevé seguir trabajando desde su casa y luego se someterá a una nueva prueba de laboratorio para evaluar su evolución con la enfermedad.
Según informes oficiales, además de la presidenta de facto al menos tres ministros y otros tantos viceministros de su gabinete, aparte de una veintena de otros funcionarios de alto rango, han resultado también contagiados por la COVID-19.
Áñez, quien se autoproclamó el pasado noviembre “presidenta interina” de Bolivia, tras el golpe de Estado contra el expresidente Evo Morales, ha sido sujeto de críticas por su mala gerencia ante la pandemia del nuevo coronavirus.
De hecho, durante la crisis sanitaria, el gobierno de facto de Bolivia, en vez de invertir en el sector de la salud, autorizó la asignación de más de cinco millones de dólares para la compra de agentes químicos que se utilizan en la represión de manifestantes en su contra.
De igual modo, Áñez, quien había expulsado a las brigadas de médicos cubanos tras su llegada al poder, es censurada por seguir rechazando la ayuda solidaria médica que pueden brindar Cuba y China en la lucha contra el coronavirus y preferir ganar privilegios en las diferencias ideológicas frente a la salud de su pueblo.
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