Dmitri Sirenko halló el fósil en la costa de la isla Russki en la región de Primorski y un par de paleontólogos confirmó que las marcas en las piedras descubiertas por el niño eran huellas de un reptil marino prehistórico, según reportó el domingo la agencia rusa de noticias Sputnik.
“Amo mucho a los dinosaurios y siempre he soñado con encontrar los huesos de un dinosaurio real. Estaba mirando las piedras todo el tiempo y preguntándole a mamá. ‘¿Tal vez es uno?’”, dijo Dmitri.
El fósil pertenecía a la caja torácica del ictiosaurio y se presume que la columna vertebral podría estar intacta.
Los restos de la gigantesca criatura fueron transportados para su posterior estudio. Los expertos deberán cortar la roca con cuidado y capa por capa para verificar si hay restos del cráneo de este dinosaurio, considerado uno de los más grandes que haya habitado en la Tierra.
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