Con gases lacrimógenos, la Policía intentó dispersar a los manifestantes que lanzaban piedras y quemaban contenedores de residuos. Además de la liberación de Hasél, también lanzan proclamas del fin de la monarquía y la independencia de Cataluña.
Los sucesos han generado un fuerte debate sobre la libertad de expresión en España. Desde Amnistía Internacional (AI) repudiaron el arresto del rapero de 32 años y la situación de la libertad de expresión en el país ibérico.
Los hechos también han ocasionado desacuerdos en el Gobierno español. El partido Podemos que forma parte de la coalición gobernante, rechaza la represión policial y apoya a los manifestantes. Mientras el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, aboga por la libertad de expresión, pide actuar con contundencia contra los manifestantes violentos.
Como quiera que acabe el caso de Hasél, quien resultaría más perjudicado sería la familia real, cuya imagen está dañada por escándalos de corrupción y no su mejor momento. Según los estudios, más de la mitad de los españoles considera necesaria la celebración de un referéndum sobre la Jefatura del Estado.
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