El martes, se celebró la primera jornada del proceso del segundo juicio político contra Trump, acusado de “incitación a la insurrección”. Esta sesión se centró en la constitucionalidad del impeachment contra el magnate republicano y terminó con una votación, que ha contado con los 50 votos favorables de los demócratas con otros seis republicanos y 44 votos en contra.
La decisión de la Cámara Alta fue tomada después de que los demócratas que ejercen como fiscales defendieran su posición durante una hora y media, mientras los abogados de Trump también hicieran lo propio durante dos horas.
Se espera que el proceso se desarrolle rápido, con un posible final la próxima semana. Para condenar a Trump se necesitarían un mínimo de 67 votos (dos tercios del Senado), al menos 17 de ellos de republicanos, porque los demócratas solo controlan 50 escaños de la Cámara.
El Senado ya había sometido a votación a finales de enero la cuestión de la constitucionalidad del juicio político con un resultado muy parecido (55 a 45). El único que se unió el martes a sus colegas, Ben Sasse, Susan Collins, Lisa Murkowski, Mitt Romney y Pat Toomey, en votar con el bloque demócrata a favor de la legalidad del proceso, fue Bill Cassidy.
Aunque Trump ya no es el presidente del país, el proceso del impeachment, según una mayoría de expertos en la Constitución, es legítimo incluso si ya no puede resultar en la destitución del exmandatario estadounidense, porque evalúa hechos que se produjeron cuando él todavía era presidente.
Todo esto ocurre después de que el pasado 6 de enero Trump exigiera a sus simpatizantes que se dirigieran al Capitolio del país, en Washington D.C. (la capital), para detener una sesión conjunta en la que los legisladores querían certificar la victoria del demócrata Joe Biden en las pasadas elecciones del 3 de noviembre. Como consecuencia, un gran número de partidarios del presidente republicano interrumpió en el Capitolio.
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