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El Pentágono contamina deliberadamente poblaciones pobres de su país

(30/03/21 - Estados Unidos)-.El Ejército estadounidense incinera en secreto toneladas de espuma contra incendios, producto altamente tóxico, en barrios desfavorecidos de este país norteamericano.

La espuma contra incendios (AFFF, por sus siglas en inglés), uno de los productos químicos tóxicos más perdurables e indestructibles conocidos por el hombre, se está incinerando en secreto cerca de las comunidades desfavorecidas de Estados Unidos. ¿Quién está detrás de esta operación?, pues no es otro que el Ejército estadounidense, así se inicia un artículo periodístico publicado recientemente en el diario británico The Guardian.

El medio británico, citando unos datos difundidos por Bennington College, centro universitario situado en el estado estadounidense de Vermont, señala que el Ejército de EE.UU. ordenó la quema clandestina de más de 9 millones de kilogramos de desechos de espuma contra incendios entre 2016 y 2020. 

Esto a pesar de que no hay evidencia de que la incineración realmente destruya estos productos químicos de naturaleza sintética. De hecho, agrega, hay buenas razones para creer que la quema de AFFF simplemente emite estas toxinas al aire esparciéndola a las comunidades, granjas y vías fluviales cercanas.

El Departamento de Defensa de EE.UU. (el Pentágono) está llevando a cabo un experimento tóxico de manera efectiva, ya que involucra la salud de millones de estadounidenses como sujetos de prueba involuntarios, sostiene el texto.

AFFF, un compuesto molecular sintético de carbono y flúor que es prácticamente indestructible, fue inventado y usado por las Fuerzas Armadas de Estados Unidos durante la Guerra de Vietnam, donde se popularizó para la extinción de los incendios causados de petróleo sobre buques navales y pistas de aterrizaje.

A medida que las Fuerzas Armadas de EE.UU. se han convertido en los mayores consumidores de este compuesto sintético en sus operaciones rutinarias, las preocupaciones ambientales por su impacto sobre la salud humana han ido creciendo.

El informe apunta a que la exposición permanente de esta toxina está fuertemente relacionada con una serie de síntomas de cáncer, trastornos del desarrollo, disfunción inmunológica e infertilidad, y así como el agravamiento de las infecciones por la pandemia de la COVID-19 y el debilitamiento de la eficacia de la vacuna contra el letal virus.

Durante la última década, las comunidades cercanas a las bases militares en Portsmouth, en New Hampshire y Colorado Springs, en el estado de Colorado, se han visto afectadas por la contaminación de AFFF en sus reservas acuíferas de sus respectivos subsuelos.

En su estudio inicial sobre las bases militares en diciembre de 2016, se identificaron 393 sitios de contaminación por AFFF en Estados Unidos, incluidos 126 puntos en los que compuestos sintéticos se infiltraron en la red de suministro de agua potable.

Sin embargo, el artículo concluye que el Pentágono admitió en 2019 que esas cifras estaban subestimadas, ya que en realidad eran 704 bases militares las que estaban en ese momento contaminadas, una cifra que sigue en aumento a costa de la salud de los estadounidenses.

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