En una conferencia de prensa celebrada este martes, el portavoz de la Cancillería china, Wang Wenbin (foto), ha reaccionado a las medidas recientes del dirigente estadounidense, Joe Biden, con respecto a la investigación del origen del nuevo coronavirus, causante de la COVID-19, y ha asegurado que Pekín siempre ha sido abierto, trasparente y cooperativo respecto al tema del origen del virus.
“China ha hecho contribuciones positivas a los esfuerzos globales de rastreo de origen. Una serie de informes y estudios sugiere que el brote del virus ya había comenzado en múltiples lugares alrededor del mundo en la segunda mitad de 2019”, ha remarcado Wenbin.
En este sentido, ha puntualizado que, para seguir avanzando en este esfuerzo mundial, se espera que todas las partes presten todo su apoyo y cooperación a la Organización Mundial de la Salud (OMS) a fin de encontrar la fuente del virus lo antes posible y poner fin a la propagación de la epidemia.
Es más, Wenbin ha puesto de relieve que, en su cooperación con la OMS en el rastreo del origen del virus, China, en dos ocasiones, ha invitado a los expertos de esa organización para realizar visitas de campo junto a los científicos chinos, y analizaron una gran cantidad de datos.
Estas declaraciones del funcionario chino se producen después de que el pasado 26 de mayo, el diario estadounidense New York Times (NYT) informara que el presidente estadounidense, Joe Biden, había ordenado a las agencias de inteligencia de EE.UU. investigar los orígenes del coronavirus, indicando que su administración se toma en serio la posibilidad de que el mortal virus se filtró accidentalmente de un laboratorio.
Ante tales declaraciones del jefe de Estado estadounidense, el funcionario chino ha indicado que el propósito de EE.UU. a publicar estas noticias falsas es eludir su responsabilidad de una respuesta fallida para su nación y encontrar otra excusa para frustrar el desarrollo de China.
“Sin embargo, los hechos han demostrado que este truco de usar como chivo expiatorio y echar la culpa solo terminará dañando los propios intereses de Estados Unidos y la vida y la salud del pueblo estadounidense”, ha aseverado.
Wenbin ha concluido que la politización del tema del nuevo virus no hace más que “perturbar” el esfuerzo internacional contra la pandemia y será recibida con el rechazo universal de la comunidad internacional.
En abril de 2020, el entonces presidente de EE.UU. Donald Trump, que trató repetidamente de vincular el virus con China llamándolo, incluso, “virus de China” o el “virus de Wuhan”, insinuó que su Administración había iniciado una investigación para determinar, si el patógeno letal, estaba relacionado con el laboratorio del Instituto de Virología de Wuhan, en el país asiático.
Sin embargo, China ha negado dichas acusaciones y ha recalcado que Estados Unidos y otros países están tratando de distraer la atención de sus propios fracasos para contener el virus.
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