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LA prolífica actividad de inventor de Leonardo da Vinci

(16/08/21 - Personajes de la Cultura)-.Aunque Leonardo da Vinci es famoso por su faceta de artista, dedicó gran parte de su vida a inventar máquinas de todo tipo, muchas de las cuales parecían una fantasía de ficción para el época, pero resultaron perfectamente viables con el transcurrir de los años.

“tengo planos de puentes muy ligeros y fuertes, y que se pueden cargar con mucha facilidad… Cuando un lugar está bajo asedio, sé cómo cortar el agua desde las trincheras y cómo construir una cantidad infinita de escaleras y otros instrumentos… (…) Y si cualquiera de las cosas anteriormente mencionadas pareciera imposible o impracticable a alguien, me ofrezco para hacer demostración de ellas en su parque o en cualquier lugar que a su Excelencia le plazca, y a usted me encomiendo con toda la humildad posible.”

Estas son unas pocas de las habilidades que enumera Leonardo da Vinci en la carta que envió a Ludovico Sforza, señor de Milán, con la esperanza de conseguir trabajo a su servicio (lo cual logró). En esta misiva el genio del arte se presenta en una faceta que lo apasionó tanto o más a lo largo de su vida: la de inventor.

Leonardo diseñó o mejoró una gran cantidad de artilugios de todo tipo, desde máquinas de guerra hasta objetos de uso cotidiano

Leonardo demostró desde muy joven un gran interés por entender las leyes de la naturaleza y aprovecharlas en la creación de sus inventos. Diseñó o mejoró una gran cantidad de artilugios de todo tipo, desde máquinas de guerra hasta objetos de uso cotidiano; incluso artefactos que en aquel tiempo parecían de ciencia ficción, como máquinas voladoras, carros automóviles o trajes submarinos. La colección más completa que se conserva de sus inventos es el Códice Atlántico, cuya edición original se conserva en la Biblioteca Ambrosiana de Milán y consta de 1751 dibujos.

La ciencia de la guerra

Buena parte de los inventos de Leonardo eran de uso bélico. En la Italia del Renacimiento las guerras eran constantes y las máquinas que proponía podían suponer una ventaja muy importante. De los doce puntos que menciona en su carta a Ludovico Sforza, nueve se refieren a la guerra, e incluso se ofrece a hacerle una demostración práctica para convencerle.

Sin duda su máquina de guerra más famosa es el vehículo blindado, a menudo llamado “el tanque de Leonardo”, pero no llegó a usarse por su escasa maniobrabilidad. Sí que desarrolló una gran variedad de armas, incluida una batería de 33 cañones distribuidos en tres filas de once, que permitía a unos disparar mientras los anteriores se enfriaban y los siguientes eran recargados. También diseñó máquinas, tanto terrestres como acuáticas, equipadas con guadañas; así como versiones a gran tamaño de armas de mano, como la ballesta, para destruir las murallas que protegían las ciudades.

Hacer la vida más fácil

No todo tenían que ser inventos para la destrucción. Leonardo también desarrolló mecanismos para automatizar algunas tareas pesadas, como cortar la leña, batir metales o moler cereales. Una de las más célebres es la grúa giratoria, que podía elevar objetos pesados sin necesidad de colocarlos justo debajo. Muchos de estos mecanismos funcionaban a base de engranajes y muelles, bien aprovechando las propias fuerzas mecánicas o con lo que hoy llamaríamos energía limpia: durante el tiempo que pasó en Roma ideó un mecanismo para calentar el agua utilizando lentes cóncavas.

Leonardo desarrolló mecanismos para automatizar algunas tareas pesadas. Algunos, como el carro automóvil, podían parecer de ciencia ficción en aquella época.

A pesar de que estos inventos estaban pensados para hacer la vida más fácil, no siempre fueron bien recibidos. Con una población en aumento y una competencia cada vez mayor en los oficios, algunos temían que estas máquinas pudieran reducir la demanda de trabajadores, de forma similar a lo que sucedió durante la Revolución Industrial.

Algunos de estos inventos podían resultar extravagantes para la época. Leonardo creó prototipos de lo que podíamos llamar los primeros vehículos automóviles, ninguno de los cuales llegó a pasar de los bocetos. También inventó entre otras máquinas una draga para retirar el fango de los canales y una caja de velocidades con engranajes de distintos tamaños, el primer cambio de marchas de la historia.

Curioso y visionario

La tercera categoría de inventos era la que más apasionaba a Leonardo, pero en su momento podían parecer auténticas ideas de bombero. Destacan sus muchos prototipos de máquinas voladoras, la más famosa de las cuales es el ornitóptero: aunque no eran las primeras, pues ya en al-Ándalus se había experimentado siglos antes con máquinas planedoras, el objetivo de Leonardo era crear una máquina completamente maniobrable. Diseñó también un paracaídas con forma piramidal y una hélice voladora, que nunca llegó a construir.

Algunos inventos de Leonardo podían parecer auténticas ideas de bombero y muchos nunca los llegó a construir

Un invento menos conocido era su equipo de buceo, un traje estanco equipado con tubos que permitían moverse debajo del agua. Aunque en principio tenía un propósito bélico -lo ideó en Venecia para atacar las naves enemigas sin que los soldados fuesen vistos- podía servir también para pescar o incluso reparar los cimientos desgastados por el agua salubre de la laguna.

También trabajó en la mejora de instrumentos de la vida cotidiana, como los relojes: creó un diseño que tenía mecanismos separados para las horas, los minutos e incluso para las fases lunares. En el arte y en la ciencia, Leonardo era una miente inquieta que se interesaba por cualquier innovación que viera y pensaba en cómo podría mejorarla.

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