Conforme a medios locales, las fuerzas del régimen israelí han reprimido brutalmente este viernes una protesta contra la construcción de asentamientos ilegales en las localidades de Beita y Beit Dejan, respectivamente, al sur y este de Nablus.
El ataque ha provocado feroces enfrentamientos entre las tropas israelíes y los palestinos. Entretanto, los militares del régimen de Tel Aviv han disparado gases lacrimógenos y munición real contra los palestinos, hiriendo a al menos 135 personas; decenas de civiles palestinos han sufrido asfixia por inhalación de gases tóxicos.
El régimen de ocupación ha sido criticada por el uso generalizado y sistemático de la fuerza excesiva contra los palestinos; además, los grupos pro derechos humanos han calificado la política de disparar a matar de los israelíes como una “ejecución extrajudicial”, mientras una gran cantidad de palestinos han muerto sin haber representado una amenaza seria para los israelíes.
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