Durante la guerra considerada como la mayor escalada del conflicto desde 2014, más de 800 mil trabajadores se vieron directamente obligados a dejar sus trabajos. Después de semanas de quejas, el ministerio israelí de finanzas aceptó pagar indemnización a estas personas.
Según acuerdos alcanzados, la compensación solo se aplica a las personas cuyos lugares de trabajo se encuentran en una distancia de hasta 80 kilómetros de la Franja de Gaza y que no pudieron ir a trabajar debido a las condiciones de guerra y los sucesivos disparos de cohetes.
Además de estos 800 mil trabajadores, un número importante de empleadores también recibe una compensación por pérdidas de capital.
Entretanto, los expertos cuestionan la capacidad del régimen para gestionar los efectos de un conflicto amplio, mientras una guerra de poca duración ante las fuerzas de Resistencia en Gaza, una región totalmente asediada y que cuenta con la potencia militar limitada, dejó a casi un millón de personas en el desempleo.
Desde el 10 hasta el 21 de mayo, el mundo fue testigo de otra escalada de violencia del régimen israelí contra los palestinos de Gaza. Esta ronda de tensiones se produjo luego de masivas protestas a raíz de las políticas represivas del régimen israelí contra los palestinos en Al-Quds (Jerusalén), así como por la orden de desalojo de las familias palestinas del barrio de Sheij Yarrah.
Durante la ofensiva, el régimen sionista atacó las zonas civiles de la sitiada Franja de Gaza, lo que provocó el martirio de al menos 253 palestinos, incluyendo 66 niños, en Gaza, tal y como reporta el Ministerio palestino de Salud.
A su vez, los grupos de la Resistencia palestinos respondieron a esta agresión, lanzando miles de misiles y cohetes hacia los objetivos israelíes donde arrasaron instalaciones críticas como plantas químicas y gasoductos.
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