“Nuestro pueblo se conduce obedeciendo. Cuando uno quiere conducir, debe saber obedecer, y el pueblo manda”, lanzó. Y continuó: “Para saber conducir el dirigente tiene que haber sido conducido. Vemos dirigentes de monopatín en los medios, que logran que los traten bien. No sé las concesiones que harán”.
El cúmulo de incisivas frases fue un tiro por elevación a Alberto Fernández, quien esta semana retrucó desde Europa las fulminantes críticas que le había propinado Cristina Fernández de Kirchner.
En otro pasaje de su alocución, el hijo de la vicepresidenta fue por Martín Guzmán, después de que el titular del Palacio de Hacienda ratificara el rumbo económico, pese a los cuestionamientos de Cristina.
“El ministro de Economía dice que no tiene apoyo político. Yo le digo: tenés el apoyo del FMI y el de Kristalina, de la central sindical más importante (la CGT), de los movimientos sociales y del Presidente ¿Cuánto más apoyo querés para que las cosas salgan bien?”, disparó.
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