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koi krylgan kala, la misteriosa fortaleza de uzbekistán

(02/10/22 - Arqueología)-.Construida alrededor del año 400 a.C. como un gran centro ceremonial en la región de Corasmia, en el actual Uzbekistán, la fortaleza de Koi Krylgan Kala fue descubierta por una expedición soviética liderada por el arqueólogo y etnógrafo Sergey Pavlovitch Tolstov en el año 1938. Abandonada y olvidada por el tiempo, en la actualidad corre grave peligro de desaparición ya que sus piedras son utilizadas por los lugareños.

En el año 1938, la Academia de las Ciencias de la Unión Soviética organizó una gran expedición a la que llamó Expedición Arqueológica y Etnográfica Corasmia, la cual, dirigida por arqueólogo y etnógrafo Sergey Pavlovitch Tolstov, se marcó como objetivo investigar la remota región de Corasmia, una zona que se extendía desde el norte del denominado Gran Irán (actual Uzbekistán) hasta las orillas orientales del mar Caspio, en los límites del desierto de Kyzyl Kum.

La región de Corasmia ya se había independizado del Imperio persa aqueménida cuando Alejandro Magno la conquistó en el siglo IV a.C. Aquella zona estaba considerada un desierto baldío por los historiadores griegos y romanos, que por esta conquista describieron al soberano macedonio como "un rey de nómadas que gobierna un desierto vacío". Pero milenios después, la expedición soviética descubrió que aquella afirmación no era del todo exacta. De hecho, muchos eruditos definen Corasmia como un grupo de estados situados al este del mar de Aral y rodeados por las tribus nómadas de Asia central. Es decir, que la región estaba abundantemente poblada.

¿Qué era Koi Krylgan Kala?

Así, cuando los expedicionarios rusos se encontraban acampados cerca de las ruinas de Teshik Qala, una imponente fortaleza de los siglos VII y VIII d.C., observaron una lejana silueta "hundida en el mar de arena". Cuando fueron a inspeccionar, vieron que se trataba de un edificio monumental de planta circular construido entre los siglos IV y III a.C. La ciudadela se alzaba en el centro exacto de una fortificación defensiva de planta circular de 87 metros de diámetro, siete metros de espesor y estaba reforzada con nueve torres, de las cuales una se dispuso como entrada con un patio amurallado frente a ella. Entre la estructura central, posiblemente un cementerio para la élite con un templo y un santuario dedicado al culto dinástico, y el muro perimetral, quedaban vestigios de algunos edificios residenciales e industriales rodeados por un foso de 15 metros de anchura y 3 metros de profundidad. Los arqueólogos bautizaron a este lugar como Koi Krylgan Kala.

La ciudadela estaba en el centro exacto de una fortificación defensiva de planta circular de 87 metros de diámetro, siete metros de espesor y con nueve torres.

El complejo de Koi Krylgan Kala se encuentra situado junto a la pequeña población de Taza-Kel’timinar, que actualmente forma parte de la república autónoma de Karakalpakstan la cual, junto con las doce provincias y la ciudad de Taskhent (la capital de Uzbekistán), conforman la actual República de Uzbekistán. Y aunque hoy en día sigue sin conocerse su verdadero propósito, lo que sí demostraron las excavaciones arqueológicas es que el lugar había sido destruido por un incendio y después saqueado. Asimismo, es posible que el piso inferior hubiera albergado algún tipo de observatorio astronómico desde donde observar el movimiento de ciertas estrellas y tal vez los ciclos solares y lunares. De hecho, es sabido que los corasmios estaban muy familiarizados con los eclipses, que sabían predecir (como el producido el 29 de febrero del año 357 a.C.), y tenían un calendario muy preciso para establecer el ciclo de las estaciones, algo vital para la producción agrícola.

Olvidado y derruido

Koi Krylgan Kala empezó a ser excavado en profundidad en la década de 1950, y allí los arqueólogos encontraron numerosos restos de cerámica, ritones (recipientes para beber y hacer libaciones), jarras y platos que estaban decorados con relieves que representaban cabezas humanas, animales, grifos (un animal mitológico mitad águila y mitad león) y guerreros. Los arqueólogos también localizaron numerosas figuras de terracota de divinidades (sobre todo Anahita, venerada como la diosa de las aguas y asociada a la fertilidad), cabezas humanas, caballos, un mono y un grifo que en este caso tenía cuerpo de caballo.

Koi Krylgan Kala empezó a ser excavado en profundidad en la década de 1950 y allí los arqueólogos encontraron numerosos restos de cerámica, ritones, jarras y platos decorados.

Las pinturas murales que decoraban uno de los muros del edificio central de Koi Krylgan Kala han aportado, asimismo, mucha información sobre el lugar y el territorio que dominó. De hecho, los investigadores han llegado a la conclusión de que las tierras donde se alzó el complejo debieron de ser una región vinícola muy fértil abastecida de agua por una importante red de canales, puesto que en el mural puede verse a un hombre con barba que sostiene un racimo de uvas y una jarra de vino y también a una figura femenina que sirve vino en una ánfora.

Y ¿cómo fue el final de Koi Krylgan Kala, un lugar que a todas luces parecía muy próspero? Al parecer, este emplazamiento fue destruido en el curso de las migraciones e invasiones de los sakas (un pueblo nómada de las estepas) que se fueron sucediendo en la región. No obstante existen indicios que demuestran que tras su destrucción, Koi Krylgan Kala volvió a ocuparse y estuvo habitado ininterrumpidamente hasta el siglo IV d.C., cuando fue definitivamente abandonado. Hoy en día, el recinto puede visitarse, aunque tanto la erosión como el aprovechamiento de los ladrillos que se usaron para la construcción del recinto exterior por parte de los habitantes de las aldeas vecinas para levantar sus propias casas ponen en serio peligro su supervivencia.

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