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''Con Diego queríamos la Revolución''

(13/11/22 - Fútbol y algo más, Por Ignacio Lizaso* Nac&Pop)-."Diego tenía un sueño tan irreal como la jugada en que nació su gol de Méjico 1986, que es leyenda. Quería organizar el sindicato de futbolistas. Sindicato mundial, no por países. Y lo hizo. Me pidió que lo acompañara y acepté. Havelange y la FIFA no se lo iban a perdonar. El 27 de junio de 1994, en Dallas, lo eligieron a dedo, sin sorteo, para el control antidoping. Diego estaba hecho un balazo. Le cortaron las piernas. Era un revolucionario", declaró Eric Cantona en un reportaje publicado por el diario deportivo portugués O Jogo.

"Nadie pudo, ni podrá, reeditar la hazaña de Diego frente a Inglaterra. Fue capaz de hacer el gol más pícaro y al rato creó el más bello de todos los tiempos", exaltó Eric.

El cronista le pidió que definiera a Maradona. Cantoná reiteró una metáfora de su cosecha:"Diego es al fútbol lo que Mozart a la música y Rimbaud a la poesía" y remató: "así será recordado dentro de 100 años".

Sólo dos monstruos del fútbol y la vida que a la par de esa condición, al margen de las cifras de sus contratos, sentían que el jugador era un laburante, sólo ellos pudieron ponerse al frente de tan ambicioso proyecto.

"El futbolista es lo más importante, no una mercancía. La gente va a la cancha para gozar con su juego. Vamos a defender sus reivindicaciones hasta la muerte", bramó Diego, que venía de Perón y de Fidel Castro.

"Que jueguen y se callen la boca", contestó Joao Havelange, patrón de la FIFA durante 24 años, hijo de un traficante de armas y acusado de ese mismo tráfico y el de drogas, y de sobornar a medio mundo para perpetuarse en el cargo y designar a su sucesor, Joseph Blatter.

El cronista de O Jogo preguntó si la situación ha variado. 

"No. Es difícil saber cuántos miles de chicos de 12,13 años son cazados en África y Asia por clubes europeos. Los prueban unos meses, en que viven como personas, y al 90 % lo mandan de vuelta a sus pueblos", explicó Cantona.

¿Los cazan, dice usted?, pidió confirmación el cronista.

"Sí. A precio vil se los compran a los padres, que los entregan ilusionados con salvarse. Pero la salvación es para un puñado de esos chicos. Los demás…, vaya a saber en qué terminan después de descubrir que la vida tiene caras más amables", redondeó Cantona la denuncia.

¿Hay algunos cracks de los que van a jugar el Mundial de Qatar que se animarían hoy a actualizar aquel sueño, conociendo el duro final?, planteó el cronista, sin agregar: con la certeza de que Gianni Infantino es un aprendiz de Havelange.

"Es.aventurado arriesgar. Pienso que tal vez hoy nos seguiría Mané, el senegalés que acaba de sufrir una lesión. Excelente jugador. Hasta los 15 años jugaba descalzo en un caserío a 400 kilómetros de Dakar. Sé que ha donado a ese pueblo un hospital público, escuelas, una oficina de correo, una estación de servicio, un pequeño estadio y campos de fútbol. Mané es un hombre con espíritu solidario", valoró Cantona.

Al comentar su inoportuna y desgraciada lesión, la prensa rescató una declaración de Mané a la tevé de Dakar. "¿Para qué querría tener diez Ferraris, veinte relojes con diamantes y dos aviones? ¿Qué harían estos objetos por mí y por el mundo?", se despachó el tipo que no olvida sus raíces.

Nos formulamos el mismo interrogante sobre quiénes pintan como para retomar la empresa. No asoma un candidato sólido. Bien calzado desde niño, Neymar Jr. vendió su apoyo electoral a Jair Bolsonaro a cambio de no pagar una cuantiosa deuda impositiva.

Cristiano Ronaldo dos Santos Aveiro no soporta la más ligera mención a su madre cocinera y su padre jardinero municipal. A Carlos Tévez, el apache eólico, el estado tuvo que apretarlo para que pagara el gravamen fijado a las grandes fortunas. No tenemos en consideración a Lionel Messi, típico personaje de clase media (y rosarina), el mejor jugador que haya surgido nunca de ese sector social, a quien más allá de donaciones y otros gestos de solidaridad, no lo movilizan inquietudes por desigualdades cada día más distantes de su realidad.

Autorrepregunta que pretende ser honesta: ¿corresponde demandarle que sienta tales inquietudes?

Avasallante personalidad ha lucido siempre Cantona. Genuino crack del fútbol inglés y estrella del club Manchester United – autor de 82 goles y figura esencial en la conquista de 9 campeonatos -, se convirtió en tristemente célebre por la patada que le asestó a un hooligan del Crystal Palace. Expulsado por el árbitro, Eric caminaba hacia los vestuarios cuando Matthew Simmons se arrimó al alambrado y le gritó: "¡Andate a tu país, francés hijo de puta!".

Reacción inmediata, Cantona lanzó una patada voladora y no hubo colchón que amortiguara la caída de Simmons. Transcurridas unas semanas el shoteador fue consultado sobre el episodio. Su respuesta es ejemplar: "no todos los días se tiene el placer de meterle una patada a un fascista, lamento no haberle pegado más fuerte".

La incursión por las artes marciales fue castigada con una suspensión por 8 meses, una multa de 20.000 libras y trabajos comunitarios. Posteriormente trascendió que Simmons era militante nazi y había sido detenido por intento de robo, datos que robustecían la sensación de placer.

En otra desafiante manifestación, que lo hermanó a Ezra Pound, por la crisis de 2008 Cantona convocó a los ahorristas franceses a retirar sus depósitos con el propósito de que los bancos colapsaran, retiro adoptado por 27.000 clientes.

Una funcionaria del gobierno, Christine Lagarde – sí, la flaca asexuada de naso afilado de la que jamás podriamos enamorarnos -, censuró la convocatoria y reclamó sanciones.

¡Un galardón más!

En gesto de profunda humanidad, ante el arribo a Francia de refugiados sirios, que provocaba notorio rechazo de la población gala, Eric alojó en su casa de Marsella a un grupo de desamparados.

"Mi abuelo materno, catalán, peleó contra Franco y tuvo que exiliarse", recordó como único argumento. Hasta que llegó la oferta de debutar como actor en "La alegría está en el campo". "El fútbol debía ocupar una parte de mi vida. Siempre supe que estaba para otras cosas", contó Eric en ese momento.

La crítica aprobó su debut. Filmó tres películas más y fue seleccionado por Netflix para protagonizar la serie "Recursos inhumanos", sobre un drama de la sociedad capitalista: el desempleo.

Relevante actuación

Y nuevas y llamativas declaraciones: "no soy un intelectual, como actor mi búsqueda es recuperar la espontaneidad de un niño". Su último emprendimiento ha sido poner en marcha una agencia de viajes en Inglaterra. Eric Cantona vive en Lisboa – de ahí el reportaje en O Jogo – en pareja con la actriz francesa Rachida Brikan. Una de sus frases favoritas es: "no me arrepiento de nada". Tampoco de figurar en Forbes como titular de una fortuna de 46 millones de dólares, que arrancó con su profesión futbolística y su rol de modelo de la propaganda de Nike.

¿Cómo no iba a confiar Diego en que este marsellés era una yunta de fierro para "la revolución".

No podía imaginar, claro, que además estaba dispuesto, con absoluta naturalidad, a abrazarlo con Mozart, a quien le puso la camiseta 9, y con Rimbaud, abanderado de la teoría de que "el poeta tiene que vivir todo, sufrir todo", rumbo que un siglo después signaría el camino de los dos frustrados sindicalistas.

Vivir todo, sufrir todo.

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