Los comicios tendrán la particularidad de que no participarán las fuerzas que en 2021 ocuparon el primer, tercer y cuarto lugar, y que la que fue segunda, el correísmo, parece recuperada y hasta potenciada por la mala gestión del Ejecutivo, aunque no compartan, a priori, un mercado de votos.
Otra característica es que, como nunca, las redes sociales jugarán un rol central y los candidatos ya marcaron presencia con publicidades, pese a que formalmente la campaña no empezó.
Un último elemento novedoso es que todas las fórmulas tienen paridad de género -aunque solo una mujer encabeza un binomio-, por decisión del Tribunal Contencioso Electoral.
A los comicios se llega porque el presidente Lasso, que se encaminaba a ser destituido, dispuso la llamada "muerte cruzada", que implica la disolución de la Asamblea Nacional (AN, Parlamento) y el llamado a elecciones para completar su mandato.
Quien gane el 20 de agosto -o el balotaje- será jefe de Estado hasta mayo de 2025.
"La disolución de la Asamblea de alguna manera abre una ventana de oportunidad para candidatos nuevos, para candidatos que no vienen de los partidos. Ese es un primer rasgo. De los ocho binomios solo uno, el de Revolución Ciudadana (RC, correísmo), proviene de una trayectoria partidista, si se quiere. Y apenas tres candidatos -de 16, si se cuentan a todos los integrantes de binomios- ya se presentaron: Andrés Arauz, Yaku Pérez y Xavier Hervas", señaló el analista Wilson Rodríguez.
Hace dos años, Arauz fue el candidato del correísmo; Pérez el de Pachakutik y Hervas el de Izquierda Democrática, pero ninguna de estas últimas dos fuerzas se inscribieron ahora, aunque sus postulantes vuelven a la carrera en otras alianzas.
También Otto Sonenholzner puede exhibir algún reconocimiento, porque fue vicepresidente de Lenin Moreno, pero designado por la AN en diciembre del 2018, en reemplazo de María Alejandra Vicuña.
Tampoco se presenta CREO, el partido de Lasso, ganador de la segunda vuelta hace tres años, lo que también abre un interrogante de hacia dónde irán los votos de quienes se sienten identificados con el Gobierno.
Comunicador social de la UCE, magíster en Ciencias Políticas por Flacso-Ecuador, Rodríguez explicó que "los votos en disputa, si se extrapolan las elecciones de 2021 con las de agosto, son los que sacaron Pérez y Hervas, que sumados llegaron al 42%".
"Pero eso tiene una interpretación: en 2021 la gente estaba harta de la polarización correísmo-anticorreísmo, que marcó la vida del país, y lo que representaba ese voto, entre comillas, era un voto de centro político, aunque Pérez era de izquierda y Hervas fue por una fuerza socialdemócrata", evaluó.
Para el analista, "estas elecciones anticipadas nos devuelven a ese escenario de polarización", pero con mejores perspectivas para la fuerza que orienta el ex presidente Rafael Correa, radicado en Bélgica desde el final de su mandato, en 2017.
"Las encuestas dan primera a Luisa González (foto), aunque con un 70% en contra de la opción correista. Pero esa intención no se aglutina en torno de ningún candidato, sino que se dispersa. Los bajos índices de popularidad y la gestión de Lasso le puede pasar factura a este bloque anti-Correa, y eso ya se manifestó en las elecciones de febrero, cuando RC logró un importante triunfo, quizás no en el número, pero sí en el valor de las alcaldías", destacó Rodríguez.
En febrero, junto a la consulta sobre varios temas que el Gobierno perdió de modo tajante, se eligieron prefectos y alcaldes, con varios triunfos para la oposición. El correísmo se quedó con los gobiernos de Quito y Guayaquil, las dos principales ciudades del país.
Para Rodríguez, "es fijo que González estará en la segunda vuelta; el dilema es si logra ganar en la primera, lo que parece complejo".
Para evitar la segunda vuelta, según el artículo 161 del Código de la Democracia ecuatoriano, un binomio debe lograr mayoría absoluta o al menos el 40% de los votos y una diferencia mayor a 10 puntos porcentuales con el segundo lugar. Si eso no pasa en agosto, los más de 13 millones de ciudadanos habilitados deberán volver a las urnas el 15 de octubre.
"Hay que sumar algunos factores, diríamos, culturales. Hay variables. Por ejemplo, en el país las mujeres no necesariamente votan por mujeres. Aun cuando sea la única candidata. Habrá que ver cuál es la estrategia de comunicación y la estrategia política", consideró.
De hecho, el país solo tuvo en toda su historia una mujer al frente del Palacio de Carondelet, Rosalía Arteaga, en 1997, pero fue temporal tras la destitución de Abdalá Bucaram.
La campaña será corta: del 8 al 17 de agosto, y esa brevedad también puede jugar a favor a RC, que conoce el "modus operandi" del juego electoral.
El resto de los candidatos tiene orígenes muy variados: Daniel Noboa es empresario, el más joven de los candidatos (35 años) e hijo del magnate Álvaro Noboa, seis veces postulante a la presidencia; también es empresario Jan Topic, al frente ahora de una alianza de fuerzas tradicionales (Centro Democrático, Sociedad Patriótica y Partido Social Cristiano).
Completan la papeleta Bolívar Armijos, el extitular del Consejo Nacional de Gobiernos Parroquiales del Ecuador (Conagopare) que se dice amigo de Correa, y el ex asambleísta Fernando Villavicencio.
En sus declaraciones a Télam, Rodríguez llamó la atención sobre "un elemento a destacar, más local, y es la relación que varios de estos candidatos establecen con el círculo más cercano a (el expresidente) Lenin Moreno, que fue quien dio paso al post-correísmo, que se capitalizó con Lasso, pero que no logró dar vuelta la página".
"Villavicencio, ex asambleísta independiente, es candidato del partido de Paula Romo, una ministra de Gobierno de Moreno; Noboa va por un movimiento dirigido por el primo hermano de Moreno, Arturo Moreno; y a Pérez lo apoya una fuerza es liderada por el mejor amigo de Moreno, Gustavo Larrea, ex ministro de Correa en la primera época", repasó el analista.
Será determinante el movimiento de los candidatos y los partidos en las seis semanas que restan hasta que se abran las urnas.
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