(30/07/23 - Elecciones 2023/Opinión, *Por Daniel Menéndez)-.Este 26 de julio, Día Nacional del Militante Social, nos invita a pensar el país de los próximos años. Los militantes sociales hemos cumplido un rol fundamental en la Argentina de los últimos años. Lo hicimos durante la pandemia con el sostenimiento de la asistencia alimentaria en todos los barrios populares. O cuando nos tocó llevar adelante las tareas de cuidado. Pero también lo hicimos apoyando todas aquellas iniciativas que buscaban cuidar la mesa de las argentinas y los argentinos. Ahora se acerca un tiempo en el que nuevamente deberemos aportar nuestra militancia cotidiana para defender el proyecto del campo popular.
Desde ese trabajo cotidiano en cada barriada de nuestro país es que miramos el tiempo que se avecina con especial atención. Nos encontramos a menos de un mes de las PASO, un hito que marcará un antes y un después en la historia de nuestra nación. Millones de argentinos y argentinas tendremos la ocasión de elegir entre dos modelos de país totalmente antagónicos. Toca optar entre un país que apueste al trabajo, al desarrollo productivo con las prioridades puestas en la salud, la educación y el impulso de la ciencia nacional, que es el modelo que defendemos y que nos incluye como militantes sociales y políticos. O el que está enfrente, el de una derecha que, a pesar de sus diferentes versiones, comparte como norte el ajuste a las grandes mayorías y la especulación financiera.
Detrás de la precandidatura de Sergio Massa a presidente de la Nación y de Agustín Rossi a vicepresidente, está Cristina. Y también lo acompañan 'Wado' de Pedro, en su rol de jefe de campaña; y los gobernadores e intendentes. Tenemos plena confianza en que Massa va a nutrirse de todas las experiencias que forman parte de Unión por la Patria y va a poder sintetizar las propuestas del campo popular. Por otro lado, en la provincia de Buenos Aires, con el gobernador Axel Kicillof, tendremos la oportunidad de continuar el proceso de reconstrucción luego de los cuatro años de desidia y desgobierno que significó la gobernación de Vidal.
Entendemos además que es imprescindible ubicar dentro de la síntesis de las ideas, la agenda de políticas públicas directas para impulsar el trabajo y fortalecer la calidad de vida de las mayorías. Avanzar en dirección de mayor igualdad implica mejorar ingresos, registrar empleos y disminuir la inflación. Proponemos dinamizar el mercado interno, pero por 'abajo', que es donde conserva mayor virtuosismo. A su vez, se hace urgente llevar adelante un plan de viviendas populares en toda la Argentina para garantizar el techo de todos y todas. Considerando que en el último tiempo se hicieron cerca de cien mil, debemos multiplicar esa experiencia y profundizar su alcance para llegar a cubrir el déficit habitacional de nuestra patria. En ese marco consideramos la necesidad de que un 30% de la construcción de la obra pública lo realizan cooperativas de trabajo, con la finalidad de impulsar la mano de obra en todo el país.
Por otra parte, debemos crear el monotributo productivo que nos permita abordar los grandes niveles de informalidad laboral, garantizando derechos sociales básicos a millones de trabajadores y trabajadoras. Y, además, impulsar un plan de crédito no bancario con tasas inferiores a las del mercado para el acceso a la compra de herramientas e inversión directa de emprendimientos. Así mismo, tenemos la urgencia de llevar adelante un programa nacional para combatir la deserción escolar, ampliando las oportunidades con mayor presupuesto y más infraestructura en materia educativa. De la mano de esto, también debemos poner el foco en contrarrestar la malnutrición infantil, habida cuenta del incremento de consumo de harinas en detrimento de las proteínas en la dieta de millones de chicos y chicas. También creemos que está pendiente el reconocimiento económico de las tareas de cuidado, con la implementación de un bono para quienes realizan este trabajo hoy invisibilizado.
Como militantes sociales y políticos, debemos dar prioridad a esta agenda y empezar a desandar los problemas estructurales que tiene nuestro país. Es una condición indispensable para hacer realidad la gran nación argentina con la que todos soñamos, con desarrollo y justicia social. Vamos por ese camino.
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