“Demuestra una vez más, la urgente necesidad de un alto el fuego humanitario, la liberación incondicional de todos los retenidos y la expansión de la ayuda a Gaza, como exigió el Consejo de Seguridad en su resolución de la semana pasada”, agregó el alto funcionario.
De acuerdo con Guterres, los devastadores ataques aéreos israelíes han ocasionado la muerte de al menos 196 trabajadores humanitarios desde el inicio de la guerra genocida del régimen de Tel Aviv contra el sitiado enclave palestino, incluidos 175 miembros del personal de la ONU.
Ante este escenario, Naciones Unidas anunció el miércoles la suspensión de sus operaciones nocturnas al menos durante un lapso de 48 horas en Gaza, al advertir serios problemas de seguridad.
El portavoz del secretario general, Stéphane Dujarric, aseguró a la prensa que las actuales circunstancias impactan al personal en el terreno y a la población civil, mientras los trabajadores intentan ayudar, al subrayar que la decisión responde al asesinato de los siete miembros del personal de WCK a manos del ejército de ocupación.
“La gente está muriendo y es esencial que continuemos entregando ayuda (…) Necesitamos que el personal y los suministros puedan moverse libremente y de forma segura a través de la Franja de Gaza”, reclamó Dujarric durante una sesión informativa.
La misión de World Central Kitchen había sido acordada de antemano con las autoridades del régimen israelí y su transporte estaba bien señalizado, de acuerdo con los reportes divulgados por la propia entidad y la Organización Mundial de la Salud.
El equipo se desplazaba por una zona no conflictiva en dos vehículos blindados con el logotipo de WCK y otro carro sin blindaje, aseguró un comunicado divulgado el martes por el portal oficial de la ONG.
A pesar de coordinar los movimientos con las fuerzas de Israel, el convoy fue alcanzado cuando salía del almacén de Deir al-Balah, donde habían descargado más de 100 toneladas de ayuda alimentaria humanitaria llevada a Gaza por la ruta marítima.
“Esto no es solo un ataque contra WCK, es un ataque contra organizaciones humanitarias que aparecen en las situaciones más espantosas donde los alimentos se utilizan como arma de guerra. Esto es imperdonable”, dijo Erin Gore, su directora ejecutiva.
Según Francesca Albanese, relatora especial de la ONU sobre la situación de los derechos humanos en los territorios palestinos ocupados, el ejército israelí mató deliberadamente a los trabajadores humanitarios.
“Conociendo cómo opera Israel, mi evaluación es que las fuerzas israelíes mataron intencionalmente a los trabajadores humanitarios de WCK para que los donantes se retiraran y los civiles en Gaza pudieran seguir muriendo de hambre en silencio”, escribió Albanese en su cuenta de la red social X.
Por su parte, el chef español José Andrés, promotor de WCK, ha exigido al régimen de Israel “poner fin a esta matanza indiscriminada” y “dejar de restringir la ayuda humanitaria, de matar a civiles y cooperantes y de utilizar los alimentos como arma”.
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