“El propósito de la Ley Helms Burton es asfixiar económicamente e imposibilitar el desarrollo económico de Cuba”, ha aseverado este viernes Miguel Díaz-Canel en un mensaje a través de su cuenta en Twitter.
Las espinosas relaciones entre Washington y La Habana comienzan un nuevo capítulo después de que Washington endureciera el jueves el embargo contra La Habana activando el Título III de la ley, que autoriza a los cubanos exiliados en EE.UU. y a empresas de este país a demandar a quienes se beneficiaron de las nacionalizaciones hechas tras la victoria de la Revolución cubana en 1959.
Al respecto, Díaz-Canel ha denunciado que EE.UU. no solo agrede con ello a la isla, sino que ataca también “a la soberanía de terceros países” que hacen negocios con La Habana.
Además, el mandatario ha agregado que pese a la determinación de Washington a “destruir a la Revolución Cubana”, la aplicación de la Helms-Burton no será capaz de “detener la marcha” de los isleños.
El propósito de la Ley Helms Burton es asfixiar económicamente e imposibilitar el desarrollo económico de Cuba”, ha aseverado el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, después de que EE.UU. activara la mencionada normativa, que endurece el embargo contra La Habana.
La ley, aprobada en 1996 por el presidente estadounidense Bill Clinton, codificó el bloqueo económico, comercial y financiero que EE.UU. impone a Cuba desde 1962 para promover un cambio de sistema político.
La medida causaría fricciones entre Estados Unidos y sus aliados europeos, que en 2017 se convirtieron en primeros inversores extranjeros en el país caribeño, de manera que ese mismo año, Cuba registró 600 millones de euros en inversión directa procedente de la Unión Europea (UE).
El jueves, la UE condenó la decisión norteamericana, que afecta a las inversiones europeas, y aseguró que defenderá sus derechos comerciales, así como a Cuba, frente a la implementación de la ley.
Desde 1960, los diversos Gobiernos de EE.UU. han impuesto múltiples bloqueos, sanciones y embargos que han impedido a Cuba el desarrollo de su potencial social y económico. Sin embargo, las medidas coercitivas contra la isla se han intensificado desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca.
La Habana ha rechazado en varias ocasiones el Título III de la ley Helms-Burton, que considera una forma de “chantaje político” para endurecer el bloqueo económico y financiero a los cubanos.
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