Totalmente alejado del impostado discurso del "consenso", Macri se despachó con un fuerte mensaje de campaña en el que exhibió un tono distinto al de la supuesta búsqueda de "acuerdos" con la oposición que dice querer.
El presidente pidió elegir entre "hacer lo fácil mal o lo difícil bien" y definir el voto "más allá de la política, de la gestión y de la economía", lo que no dejó para nada claro que sería a su criterio lo que debería definir la opción de los ciudadanos.
Para tratar de generar miedo apuntó a la división y apeló nuevamente al caso de Venezuela, nación sobre la que apelando al más violento discurso neoliberal de Domingo Caballo consideró extinguida.
Macri planteó en su mensaje "La disyuntiva entre hacer lo fácil mal o lo difícil bien", y señaló que "es fácil gastar un punto del PBI para crear una ilusión que dura un rato pero cuyas consecuencias después explotan en todas las direcciones, como está sucediendo ahora mismo en Venezuela", país que, según el mandatario, "se extinguió".
"Eso es fácil", sostuvo el Presidente para realizar luego una alusión al kirchnerismo con espíritu confrontativo: "Como pasó en Argentina, es fácil pintar la fachada de un edificio para inaugurarlo usando la Cadena Nacional y dejarlo todo podrido por adentro. Es fácil, lo vivimos durante años y vivimos hasta ahora las consecuencias destructivas de tomar ese atajo".
Macri, a contramano de lo afirmado por su propio ministro del Interior, Rogelio Frigerio, que sostuvo que en el marco de buscar consensos con la oposición para darle garantías a los mercados no descarta un encuentro entre el mandatario y su antecesora, Cristina Kirchner, volvió a justificar su incapacidad de satisfacer las necesidades de los argentinos volvió a responsabilizar al pasado de sus acciones.
Luego siguió con el verso de las cloacas (que ha sido ampliamente demostrado que es falaz) "lo que quedó de hacer las cosas así" fue "un país con millones de personas que no tienen cloacas" y volvió a apelar a la figura retórica de los "80 años" de "camino fácil" sin recordar una vez más que en esos ochenta años solo apenas un par de décadas de gobiernos populares y el resto fue gobernado por dictaduras y gobiernos antipopulares con políticas neoliberales como la que él mismo lleva adelante.
En esa línea, destacó la próxima inauguración en la Ciudad de Buenos Aires del Viaducto Mitre (sobre el cual publicó también un video) y señaló que "hacerlo fue una pesadilla para todos los vecinos" pero ahora "su vida será mejor, sus propiedades serán apreciadas, los accidentes en las barreras se habrán reducido a cero".
"Este momento es una oportunidad inmensa. Podemos definirnos mucho más allá de la política, de la gestión, de la economía", expresó Macri para tratar de restarle importancia a la profunda crisis económica que atraviesa el país desde el inicio de su gobierno, con un crecimiento de la pobreza y la indigencia y un aumento exponencial del costo de vida.
Y, en el tramo de su mensaje más divisorio y más alejado del espíritu de "acuerdo" que el Gobierno comenzó a pregonar en los últimos días, agregó: "Es una oportunidad para declarar qué clase de personas somos. ¿Somos de los que creemos que las cosas son fáciles y buscamos resultados inmediatos aunque sean falsos o somos de los que sabemos que hacer algo, por pequeño o grande que sea, es complejo, pero nos hará mejores, más poderosos y más libres?".
Luego de descalificar a todos los que no piensan como él, y marcando de esta forma sus fundamentos democráticos, agregó que "en lo más profundo de la mente de cada argentino ese dilema ya fue respondido".
Publicar un comentario