Jeremy Corbyn dijo que Boris Johnson es un premier no elegido y debe dimitir para poder tener una elección por la que la decisión se vuelva a manos de la gente.
“Boris Johnson violó la ley y debe dimitir (…) Johnson nunca volverá a cancelar la democracia: es un primer ministro no electo que no está capacitado para el puesto”, dijo Jeremy Corbyn.
“El fallo del Tribunal Supremo muestra que el primer ministro ha actuado incorrectamente al cerrar el Parlamento y esto demuestra un desprecio por la democracia y un abuso de poder por parte de él”, dijo Corbyn enfatizando que la actitud de Johnson demuestra que él “engañó al país”.
En este sentido, el líder del Partido Laborista también pidió a Johnson que “reconsidere su posición” al frente del Gobierno después de que el Tribunal Supremo declarara “ilegal” la suspensión del Legislativo por parte de Johnson que “ha tenido el efecto de frustrar o impedir que el Parlamento desarrolle sus funciones constitucionales”.
Asimismo, Corbyn le pidió a Johnson su renuncia y la anulación del Brexit duro para tener unas elecciones por las que se pueda elegir un Gobierno que respete la democracia, que respete el Estado de derecho y devuelva el poder al pueblo.
“Esto le convertiría en el primer ministro británico con el mandato más breve en la historia, y con razón”, sostuvo el político denunciando que el Gobierno de Johnson “cree que las normas que fija para todos no es aplicable para él”.
Antes de la suspensión parlamentaria, Johnson experimentó una rebelión entre los diputados conservadores, perdió la mayoría absoluta, vio aprobada una ley que le obligaría a pedir un nuevo aplazamiento del Brexit y vio denegada su propuesta de elecciones anticipadas para salir del bloqueo.
La suspensión provocó una ola de manifestaciones y varias demandas judiciales que desembocaron en recursos ante la Corte Suprema para declarar inconstitucional tal decisión.
Johnson insiste en la salida de su país del bloque comunitario en la fecha límite —31 de octubre—, con o sin acuerdo, pese a que la economía del Reino Unido continúa bajo la amenaza de una profunda recesión por la agitación creada por el Brexit.
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