Según ha comunicado el Ministerio de Asuntos Exteriores de Hungría, Budapest proyecta nombrar próximamente un diplomático para descongelar los lazos diplomáticos con el Gobierno de Siria y llevar a cabo los “deberes consulares” de este país europeo en Damasco, la capital siria.
“A partir del próximo año, Hungría enviará a un diplomático que, ocasionalmente, visitará Siria para hacer un seguimiento del apoyo humanitario y realizar tareas consulares”, reza el comunicado emitido por la Cancillería húngara, recogido este miércoles por la agencia francesa de noticias AFP.
De darse este paso, el mismo constituiría la primera vez que un Estado miembro de la Unión Europea (UE) mueve ficha hacia la reapertura de su embajada en Damasco, la cual fue clausurada, al igual que muchas otras, como parte de una campaña de presión multinacional contra el presidente sirio, Bashar al-Asad, que comenzó a partir del año 2011.
Por su parte, una fuente cercana al Gobierno húngaro ha indicado a AFP que Budapest está considerando involucrar a la Administración de Al-Asad para brindar más ayuda a los pueblos cristianos, así como para “estar a la vanguardia” de otros países de la UE, posiblemente para reanudar vínculos con Damasco, especialmente para desarrollar las oportunidades económicas.
“Muchas personas en (el partido gobernante) Fidesz y en el Gobierno piensan que el tema de retomar las relaciones con Al-Asad no es una cuestión de si se debe o no hacer, sino que más bien se trata de cuándo se va a hacer”, ha explicado la fuente, que ha hablado bajo condición de anonimato.
De momento, solo la República Checa todavía tiene abierta una embajada en Damasco, aunque sus actividades son limitadas, mientras que Rumanía, por su parte, tiene técnicamente una embajada en Siria, pero su embajador tiene su sede en Beirut (capital libanesa).
Varios países del mundo, entre ellos, los Estados miembros de la Liga Árabe (LA), suspendieron a finales de 2011 la membresía de Siria en el bloque, acusándola de “no haber facilitado una solución política a la crisis”. Poco después, procedían a cerrar sus sedes diplomáticas e imponer una ronda de sanciones contra el país árabe.
Tras las últimas victorias de Damasco frente a los grupos armados y terroristas, delegaciones de muchos países occidentales y árabes han empezado a viajar a Siria para realizar los preparativos necesarios destinados a facilitar la reanudación de las relaciones con Damasco en los ámbitos de la diplomacia, la economía y la industria.
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