Los crímenes —más de una muerte cada 60 minutos— ocurrieron entre las 06:00, hora local, del miércoles y las 06:00 de este viernes, según un recuento del medio local G1. Hasta entonces, el promedio de homicidios en ese estado era de seis por día en 2020.
Desde el martes, los policías militares están encerrados en cuarteles y en muchos casos encapuchados para evitar ser reconocidos. Los huelguistas decidieron el jueves rechazar la propuesta del Gobierno de llegar a un acuerdo y mantienen la protesta.
En una de estas instalaciones ocupadas, en la ciudad de Sobral, el senador Cid Gomes fue baleado en el pecho por policías cuando avanzaba con una excavadora para romper el bloqueo de los uniformados.
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, basándose en la Garantía de la Ley y el Orden, que permite llamar a las Fuerzas Armadas en casos excepcionales, envió tropas del Ejército y agentes de la Fuerza Nacional para garantizar la seguridad en Ceará, donde permanecerán hasta el 28 de febrero.
La violencia siempre ha sido uno de los problemas de Brasil y una de las principales preocupaciones de la opinión pública.
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