Rizwana Jatun, mujer musulmana de 30 años, abortó después de que las autoridades sanitarias impidieran su ingreso en un hospital en el estado de Jharkhand, en el este de La india, por su religión musulmana.
La mujer se había ido al hospital luego de que comenzó a sangrar. Sin embargo, no sólo se le impidió el acceso al servicio médico, sino que fue golpeada por ser acusada de propagar el nuevo coronavirus, conocido como la COVID-19.
Otra mujer embarazada perdió a su bebé a principios de este mes después de que un hospital gubernamental en el distrito de Bharatpur, en el norteño estado de Rajastán, se negó a admitirla también por practicar el Islam.
La minoría musulmana en La India ha estado sufriendo una oleada de ataques discriminatorios por parte de la mayoría hindú luego de que el Ministerio de Salud del país culpara repetidamente a un seminario islámico de propagar el virus letal.
El gobernante Partido Bharatiya Janata (BJP, por sus siglas en inglés) de La India atribuyó, sin razón alguna, la pandemia del coronavirus, que afecta casi a todo el mundo, a una reunión de un grupo misionero musulmán en Nueva Delhi, la capital, a mediados de marzo.
Pero reuniones similares dentro de las comunidades hindúes han escapado a las críticas.
Desde entonces los musulmanes indios han sido golpeados, expulsados de sus vecindarios o atacados en mezquitas en repetidas ocasiones. También se quejan de que se les niega el acceso a algunos hospitales, farmacias y supermercados en diferentes regiones del país.
Policía india admite que provocó la violencia contra los musulmanes
El domingo, la Organización para la Cooperación Islámica (OCI) condenó en Twitter la propagación de odio racial en La India e instó al Gobierno de este país a tomar “medidas urgentes” para proteger los derechos de su comunidad musulmana minoritaria y detener los incidentes de “islamofobia”.
La tensión entre comunidades ha aumentado en La India desde que el primer ministro Narendra Modi, del BJP, fue reelegido para un segundo mandato en 2019.
El Ejecutivo de Modi está acusado de alentar la intolerancia religiosa y de tratar de transformar a La India en un Estado hindú.
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