Según los datos obtenidos por la Universidad de Johns Hopkins (Baltimore, EE.UU.), el balance total de decesos confirmados por la pandemia del nuevo coronavirus en ese país alcanzó hasta la noche del sábado un total 53 511, mientras el número de los contagiados sobrepasó los 936 290.
Estados Unidos ya es el epicentro de la pandemia de coronavirus, tanto en términos de contagios conocidos como de muertes. La cifra de 2494 fue un salto desde el viernes, cuando registró el menor número de muertes por el virus en casi tres semanas, 1258.
A mediados de este mes de marzo, el diario norteamericano The New York Times (NYT) alertó de que el nuevo coronavirus podría afectar a de entre 160 y 214 millones de estadounidenses, y matar hasta a 1,7 millones de personas.
Según varios analistas, la mala gestión de la Administración de Donald Trump y el deficiente sistema sanitario —los hospitales no están preparados para hacer frente a la expansión del nuevo coronavirus— han agravado la propagación del COVID-19 en Estados Unidos.
Decenas de neoyorkinos se inyectaron desinfectante como recomendó su presidente
El Centro de Control de Envenenamiento, sub agencia del Departamento de Salud de Nueva York, informó que ha atendido un total de 30 casos de posible exposición a desinfectantes, entre las 9 de la noche del jueves y las 3 de la tarde del viernes, unas 18 horas después de que el presidente Donald Trump diera su “consejo”.
Afortunadamente, ninguna de las personas atendidas murió o necesitó hospitalización, dijo el portavoz del centro.
Durante la sesión informativa sobre el coronavirus del jueves por la noche en la Casa Blanca, Trump sugirió que los médicos podrían curar el coronavirus inyectando desinfectantes como lejía directamente en los pulmones de sus pacientes.
Tras el rechazo generalizado de los expertos, el republicano afirmó que su peligrosa sugerencia era “una broma”. “Lo dije sarcásticamente”, dijo Trump. Sin embargo, las agencias de salud y emergencias tomaron en serio los comentarios y advirtieron a la gente que no escuchara al presidente.
“Para ser claros, los desinfectantes no están destinados a la ingestión, ya sea por boca o por oídos, al respirarlos, de cualquier forma”, tuiteó el comisionado de salud de la ciudad de Nueva York, Oxiris Barbot.
Anteriormente, Trump dijo que la hidroxicloroquina, que se usa para tratar la malaria, el lupus y la artritis reumatoide, también muestra una “tremenda promesa” para tratar el coronavirus (COVID-19).
Pero, en medio de la mayor crisis de salud, el doctor Rick Bright, responsable de ayudar a encontrar una vacuna para el coronavirus, fue destituido, según el médico, por desafiar las ideas sin sentido de Trump sobre la hidroxicloroquina.
Bright dice que perdió su trabajo por exigir que las ideas de Trump sean sometidas a pruebas rigurosas. En respuesta, el inquilino de la Casa Blanca dijo que “nunca había oído hablar de él”.
Ahora se sabe que este medicamento la hidroxicloroquina, promocionado por Trump como un “punto de inflexión” en la lucha contra el coronavirus, no ofrece ningún beneficio y potencialmente eleva el riesgo de muerte.
La Administración de Salud de Veteranos de EE.UU. encontró que los pacientes de COVID-19 que tomaron el medicamento “revolucionario” de Trump tenían más probabilidades de morir que los que no lo hicieron. En el estudio, el 27,8 % de los que usaron hidroxicloroquina fallecieron en comparación con el 11,4 % que no usó este fármaco.
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