Desoyendo las críticas internacionales, Israel ha aprobado este miércoles la construcción de otras 7000 viviendas ilegales en la ocupada Cisjordania como parte de su plan para anexarse más tierras palestinas.
“Israel está aprovechando la preocupación internacional y de Palestina por la lucha contra el coronavirus (causante de la COVID-19), así como el sesgo total de EE.UU. a favor del colonialismo israelí, para implementar el robo más atroz de las tierras ocupadas palestinas”, ha reaccionado la Cancillería palestina.
En un comunicado emitido esta misma jornada, el Ministerio palestino de Asuntos Exteriores ha denunciado que tales planes del régimen israelí constituyen un desprecio por el derecho internacional y un flagrante desafío a las condenas internacionales de la expansión de los asentamientos ilegales.
Además, prosigue, el expansionismo israelí demuestra su falta de respeto a las advertencias internacionales sobre que la confiscación de más tierras palestinas tendría graves consecuencias para la estabilidad regional y socavaría una posible solución de dos Estados al conflicto palestino-israelí.
La Cartera palestina ha advertido también que el régimen de Tel Aviv será responsable de los efectos de la expansión de sus asentamientos en los territorios ocupados y la posible anexión de Cisjordania.
Ante tal situación, ha instado a la comunidad internacional a imponer sanciones y medidas recíprocas contra Israel para obligarle a revertir su plan de anexar Cisjordania. Asimismo, ha pedido a la Corte Penal Internacional (CPI) de La Haya que abra una investigación oficial sobre los crímenes del régimen sionista contra el pueblo palestino.
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