El hecho pasado en limpio es que la policía de Larreta reprimió la marcha por Maldonado y Castro y desató un fuerte repudio social por la violencia institucional desplegada, en contraposición
El Gobierno de la Ciudad volvió a protagonizar la agenda represiva cuando arremetió con su policía especializada en operativos represivos contra una marcha por los tres años de la desaparición de Santiago Maldonado y la aparición con vida de Facundo Castro.
Esta acción represiva desnuda la doble vara que maneja el ejecutivo porteño a la hora de evaluar qué marchas sí y cuáles no. En los últimos meses hubo más de una docena de protestas en la Ciudad ninguna de las cuales fue reprimida por tratarse, debemos entender ahora, de seguidores del propio Larreta.
La violencia institucional desplegada contra los ciudadanos de la Ciudad de Buenos Aires no pasó desapercibida. La vicepresidenta pondero un tuit de Wado de Pedro, ministro del Interior, que daba cuenta de esta situación.
“Después de varias marchas anticuarentena en las que hasta agredieron a periodistas y móviles sin que apareciera ni un efectivo de la policía de la Ciudad, hoy vimos la represión a familiares de Maldonado y organismos que recordaban el aniversario de su muerte”, expresó el ministro del Interior.
“Exigimos a las autoridades de la Ciudad que investiguen lo sucedido y fijen criterios objetivos en el accionar policial para garantizar a todos y todas su derecho a expresarse, más allá de simpatías”, concluyó Wado.
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