El canciller chino, Wang Yi, ha señalado que Venezuela lucha, por un lado, para prevenir y controlar la pandemia del nuevo coronavirus, causante de la COVID-19, y por el otro, contra los intentos injerencistas de EE.UU. en sus asuntos internos.
En una videoconferencia sostenida este viernes con su homólogo venezolano, Jorge Arreaza, Wang ha resaltado que China apoya los esfuerzos del país bolivariano ante la rápida propagación del virus mortal, y por “su derecho a preservar la soberanía estatal, la dignidad nacional y el desarrollo”.
“China está resueltamente del lado del pueblo venezolano y del lado de la justicia internacional”, ha recalcado el ministro chino de Asuntos Exteriores antes de valorar mucho los vínculos Pekín-Caracas.
Wang, asimismo, se ha mostrado convencido de que Venezuela es capaz de solucionar sus problemas socio-políticos a través del diálogo, y ha expresado la voluntad de Pekín para desempeñar “un papel constructivo” en tal proceso.
El canciller venezolano, a su vez, ha agradecido el apoyo de Pekín a Caracas en la esfera internacional y ha recordado los fallidos intentos de EE.UU. para reintroducir la idea “América para los americanos”, derivada de la “Doctrina Monroe” del presidente estadounidense James Monroe (1817-1825).
En un mensaje dejado en su cuenta de Twitter, el ministro venezolano también ha señalado que ambas partes han revisado en la reunión telemática “los avances y desafíos de la alianza estratégica entre China y Venezuela, que ha resultado en más de 500 proyectos conjuntos, la creación de fondos binacionales, y cooperación en las más diversas áreas de nuestras economías”.
“Reforzamos nuestra Alianza Estratégica Integral, rechazamos las agresiones hegemónicas y reiteramos nuestra confianza en el multilateralismo”, ha apuntado Arreaza en su tuit.
Li Baorong, embajador de China en Venezuela, a su vez, ha publicado un mensaje en la misma red social en el que ha calificado de “fructífera” la videoconferencia entre ambos cancilleres.
China y Venezuela son dos países blanco de la retórica bélica y las presiones de EE.UU. por no someterse a los dictámenes de la Casa Blanca. Los lazos cada vez más profundos e imperturbables entre Pekín y Caracas ante EE.UU., de hecho, suponen un desafío para un imperio que ha ido perdiendo influencia a nivel mundial.
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