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Cuatro ex agentes de la SIDE fueron condenados a perpetua en la Causa Orletti

(06/12/20 - Lesa Humanidad)-.El Tribunal Oral en lo Criminal Federal N°1 porteño condenó esta tarde a las penas de prisión perpetua e inhabilitación absoluta y perpetua a los cuatro ex agentes de la Secretaria de Inteligencia del Estado que llegaron acusados en el juicio denominado "Orletti V", que abordó crímenes de lesa humanidad cometidos en el centro clandestino de detención Automotores Orletti, que funcionó en un taller situado en la calle Venancio Flores 3519/ 3521 de la ciudad de Buenos Aires.

Las penas -impuestas por los jueces José Michelini y Ricardo Basílico y la jueza Sabrina Namer- recayeron sobre el ex segundo jefe del centro clandestino, general de división (RE) Eduardo Rodolfo Cabanillas; los ex agentes orgánicos de la SIDE Eduardo Ruffo y Miguel Ángel Furci; y el inorgánico Honorio Carlos Martínez Ruiz.

En el inicio del veredicto, el tribunal declaró que "los hechos juzgados constituyen crímenes de lesa humanidad en el marco de un genocidio".

El Tribunal tuvo por probados casi todos los hechos que llegaron a juicio. La excepción fue la absolución por beneficio de la duda en los delitos de privación ilegal de la libertad agravada, imposición de tormentos agravados y homicidio agravado respecto de la víctima Ricardo Manuel González por el que llegó acusado el general Cabanillas.

De tal forma, consideró acreditados y dictó las consecuentes condenas por la privación ilegal de la libertad agravada y la aplicación de tormentos agravados respecto de Orlinda Brenda Falero Ferrari y José Luis Muñoz Barbachán; el homicidio agravado de Carlos Hiber Santucho; la privación ilegal de la libertad agravada, aplicación de tormentos agravados y el homicidio agravado de María Rosa Clementi, Jesús Cejas Arias y el diplomático cubano Crescencio Nicomedes Galañena Hernández; la privación ilegal de la libertad agravada y la aplicación de tormentos agravados que sufrieron Judith Jacubovich y Rosa María Zlachevsky; y la sustracción, retención y ocultamiento de una persona menor de diez años en el caso de los hermanos Victoria y Anatole Julien Grisonas, que concursan idealmente con los delitos de privación ilegal de la libertad y realmente con el de aplicación de tormentos.

En su alegato culminado el 14 de octubre pasado al cabo de tres jornadas de exposición, el Ministerio Público Fiscal -representado por el fiscal general Pablo Ouviña y el auxiliar fiscal Santiago Ghiglione- había solicitado la imposición de penas de reclusión perpetua para los cuatro acusados, a quienes consideró responsables en diferentes hechos.

Tal como lo solicitó la fiscalía, al momento de dictar sentencia el tribunal dispuso la unificación de las penas dictadas anteriormente por este y otros tribunales respecto de los cuatro acusados en la pena única de prisión perpetua.

La audiencia de lectura de veredicto se realizó desde una de las salas de los tribunales federales de Comodoro Py 2002, donde concurrieron la mayoría de las partes. Por medios virtuales participaron desde sus domicilios los condenados Cabanillas y Ruffo, mientras que Martínez Ruiz y Furci lo hicieron desde las unidades penales 31 y 33, donde se encuentran detenidos. Algunos abogados y abogadas de la acusación y la defensa también intervinieron por medios virtuales.

Eduardo Ruffo, "Zapato", fue un agente de la Secretaría de Inteligencia en distintos períodos (incluso en democracia) y miembro de la Triple A. Fue el segundo a cargo del C.C.D. "Automotores Orletti," donde secuestró, torturó y asesinó a docenas de personas.

Fue mano derecha y amigo del jefe de ese centro, el tristemente célebre Aníbal Gordon, y siguió trabajando para la SIDE.

Formaba parte del elenco que "colaboraba" con el servicio de inteligencia bajo la dirección de Hugo Anzorreguy y luego bajo la dirección de Fernando de Santibáñez. Una vez alejado de la SIDE, se encargó de vender información sobre los desaparecidos a familiares y a periodistas. Su información permitió localizar a algunos nietos hoy recuperados.

Fue detenido en Octubre del 2006 en el marco de la causa sobre los crímenes cometidos en jurisdicción del Primer Cuerpo de Ejército, en la que se encontraba Orletti, que funcionó en un taller mecánico alquilado en Venancio Flores y Emilio Lamarca, entre mayo y noviembre de 1976. El nombre de Eduardo Ruffo figura en el contrato de alquiler del local.

Ruffo fue imputado en los secuestros y torturas a A. Cadenas, R. Candia, N. Dean Bermúdez, L. Duarte, C. Gayoso, A. Gatti y otras 26 víctimas desde el CCD "Automotores Orletti" ó "El Jardín". Fue detenido por el secuestro de Guillermo Patricio Kelly.

Además de las tantas denuncias de torturas, desapariciones e incluso una muerte comprobada, Ruffo se apropió personalmente de una niña. Carla Rutilo Artés fue secuestrada junto con su madre, Graciela Rutilo Artés, en Bolivia. Ambas fueron entregadas en la frontera de Villazón-La Quiaca a las fuerzas de seguridad argentinas y fueron llevadas a Automotores Orletti. Graciela nunca apareció. Carla sí. Había sido anotada como hija propia por Ruffo, pero gracias a la tarea de Abuelas de Plaza de Mayo en 1985 recuperó su identidad. La Justicia condenó al agente por la falsificación del documento de la menor, pero no fue juzgado por la apropiación de la niña.

El juez federal Daniel Rafecas estuvo a cargo de la instrucción y elevación a juicio oral de esta causa “Orletti” y de otras aún en proceso.

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