Michael Sherwin, el fiscal federal interino para el Distrito de Columbia, afirmó el martes que la lista de sospechosos, hasta el momento, alcanza a 400 y “está creciendo, [...] independientemente del nivel de conducta delictiva”, las autoridades están trabajando para identificar y acusar a quienes pudieron cometer un delito, sin importar el tamaño del mismo, ya sea dentro o en el interior del Capitolio.
“Todos nuestros socios encargados de hacer cumplir la ley están haciendo todo lo posible para garantizar que la lista aumente geométricamente, algo que hace todos los días”, indicó el fiscal en funciones en una rueda de prensa, citado por la cadena local ABC News. Sherwin señaló que la gran mayoría de las 135 personas fueron arrestadas por denuncias penales, pero las acusaciones se dictarán pronto, tal vez esta semana.
Por otra parte, al ser preguntado acerca de las sospechas que alertan de que el asedio al Capitolio pudo ser organizado mucho antes de que se convocase la manifestación en apoyo al expresidente Donald Trump, Sherwin no descartó nada y dijo que las investigaciones apuntan hacia una “posible coordinación entre grupos y milicias de diferentes estados para viajar a Washington D.C. (la capital), antes del día 6 para participar en actos delictivos”.
A su vez, el jefe de la oficina en Washington del Buró Federal de Investigación (FBI, por sus siglas en inglés), Steven D’Antuono, que también estuvo presente en la conferencia de prensa, señaló que la entrega de más de 200 000 archivos audiovisuales por los ciudadanos estadounidenses ha permitido la identificación de algunos de los sospechosos.
D’Antuono comunicó que todavía sigue la búsqueda del sospechoso relacionado con la bomba casera colocada a las afueras de las sedes de los partidos Demócrata y Republicano en Washington, y el FBI ha ofrecido una recompensa de 75 000 dólares por información que pueda guiarles hasta él.
El gran número de partidarios de Trump interrumpió en el Capitolio de EE.UU. para evitar la certificación de la victoria electoral del demócrata Joe Biden por el Congreso. En ese episodio, unas cinco personas perdieron la vida en una acción considerada por muchos críticos de Trump como un “intento de golpe de Estado”.
Desde entonces, se han incrementado notablemente las medidas de seguridad en la capital estadounidense donde se teme que el Congreso pueda volver a convertirse en blanco de los alborotadores.
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