Los casos de violencia se registraron cuando el número de los participantes en la protesta creció hasta aproximadamente entre 80 y 100.
La Policía reclamó que al menos 2 cócteles molotov y fuegos artificiales fueron lanzados cerca de la sede del tribunal federal Mark O. Hatfield, mientras que algunas personas trataron sin éxito de llegar al edificio usando herramientas. “La violencia de la multitud provocó la declaración de disturbios”, indicó la Policía.
Los agentes, por su parte, recurrieron al uso de municiones antidisturbios y gas pimienta para reprimir la marcha y, por último, la multitud fue dispersada horas después. Conforme a la Policía, tres personas fueron detenidas.
Muchas ciudades de Estados Unidos han sido escenario habitual de protestas generalizadas contra el racismo y la brutalidad policial desde el 25 de mayo, fecha en la que tuvo lugar el asesinato, con tintes racistas, del afroestadounidense George Floyd, que murió por asfixia a manos de un policía blanco.
La violencia policial no es algo nuevo en Estados Unidos. En los últimos años, los tiroteos protagonizados por la Policía con consecuencias fatales y otras formas de brutalidades contra las minorías étnicas han suscitado multitudinarias protestas y duras críticas por parte de diversas organizaciones defensoras de los derechos civiles a nivel mundial. Tras la muerte de Floyd, no obstante, protestas de este tipo han aumentado día a día.
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