Los agentes se personaron en un almacén de Collegien, un suburbio de París, el pasado 29 de enero tras recibir informes sobre una reunión libertina entre hombres y mujeres.
El evento violó las restricciones del toque de queda impuestas en el país, así como las medidas de protección individual contra el COVID-19, informaron las autoridades. Los presentes no llevaban mascarilla.
No opusieron resistencia y abandonaron el lugar. Tres personas, supuestamente los organizadores de este encuentro, fueron inmediatamente detenidas. Además, el resto de participantes, alrededor de 100 individuos, fueron multados por saltarse las normas sanitarias.
Las autoridades judiciales locales reunidas en una sesión de emergencia otorgaron también el permiso para confiscarles a los asistentes equipos de sonido e iluminación, así como bebidas alcohólicas.
Debido a que el coronavirus se transmite a través de las gotitas respiratorias, besar a una persona infectada supone un gran riesgo. Motivo por el que las reuniones multitudinarias son un problema.
Actualmente, Francia suma unos 20.000 nuevos contagios diariamente, lo que empujó al presidente del país, Emmanuel Macron, a imponer el 15 de diciembre de 2020 el toque de queda.
El 16 de enero las autoridades francesas reforzaron el toque de queda al limitar la circulación a partir de las 18:00. Permanecen cerrados los museos, teatros, cines, bares y restaurantes. Además, Francia cierra a partir del 1 de febrero sus fronteras con los países fuera de la Unión Europea.
El país galo es el sexto del mundo más afectado por el coronavirus, con más de 3,2 millones de casos acumulados y cerca de 76.006 muertes, según los datos de la Universidad Johns Hopkins.
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