Unas 30 000 personas participaron en las 20 protestas que tuvieron lugar por separado en las calles de Berlín (capital alemana) para conmemorar el Día Internacional de los Trabajadores.
Los manifestantes iniciaron sus protestas de forma pacífica, pero al caer la noche, los más radicales empezaron a lanzar botellas y piedras contra las fuerzas del orden público, además de prender fuego a contenedores de basura, indicó el sábado la jefa de la Policía de Berlín, Barbara Slowik.
El Gobierno alemán había desplegado para la ocasión unos 5600 agentes, que tenían que velar por que se cumplieran a rajatabla las medidas de seguridad por el nuevo coronavirus, causante de la COVID-19, e intervenir en caso de que se desataran actos violentos.
Sin embargo, cuando las marchas se tornaron violentas, 50 uniformados resultaron heridos, tres de los cuales fueron hospitalizados debido a la gravedad de sus lesiones, conforme informó la misma jornada el vicepresidente estatal del sindicato de la Policía alemana, Stephan Kelm.
De esta manera, Alemania se sumó a otros países, como Francia, Turquía y el Reino Unido, en los que se registraron choques entre los manifestantes y las fuerzas del orden en tan señalado día.
Día del Trabajador, marcado por crisis de COVID-19 y sus secuelas
En el Reino Unido, más de 1000 personas se manifestaron en Londres (capital británica) para exigir al Gobierno del premier, Boris Johnson, que retire una legislación que aumentaría los poderes de los cuerpos del Estado; en esta protesta fueron arrestadas nueve personas.
Mientras tanto, en Turquía, la Policía detuvo a 230 manifestantes en la ciudad de Estambul y, en Francia, las más de 100 000 personas que salieron a las calles de París (capital francesa) vieron cómo se empañaba la jornada de protesta con el lanzamiento de gases lacrimógenos y 22 detenidos.
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